Existen tres pilares que sostienen la salud ósea: la actividad física, el calcio y la vitamina D. La falta de alguno de estos elementos puede poner en riesgo el bienestar de los huesos, principalmente durante la niñez, momento en el que crecen y se desarrollan los huesos. La principal recomendación durante esta etapa es beber leche para obtener el calcio suficiente. Si bien se considera necesario, no se trata del factor más crítico para los huesos.

A decir del especialista en nutrición de la Universidad de Stanford, Christopher Gardner, “es mejor estar físicamente activo, que tomar leche como una forma de fortalecer los huesos». Ejemplo de ello es la población japonesa, intolerante a la lactosa —en su mayoría— y con tasas muy bajas de fractura de cadera.

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Recomendaciones

Si bien el ejercicio es considerado el factor más importante, no significa que los lácteos deban hacerse a un lado. Es importante saber qué tipo de leche consumimos. “La leche materna es increíblemente importante, pero la leche de vaca no lo es”, según el especialista.

“La lactosa en la leche no es tan mala, lo importante es evitar que tengan azúcares añadidas», aseguró. Para lograrlo, se recomienda evaluar la etiqueta de nutrición, con el fin de comparar las cantidades de grasas, proteínas, carbohidratos y vitaminas en cada tipo de leche.

«Por ejemplo, las leches a base de plantas generalmente no tienen grasas saturadas —como la leche de vaca—, por lo que no elevan el colesterol; pero sí tienen la misma cantidad de calcio.  [Eso sí] la leche de almendra tiene mucha menos proteína», explicó.

Elige los productos que vas a consumir según tus necesidades específicas. Consulta a un especialista si es necesario.

 

Vía: Notimex