Una prueba de cultivo de hongos permite diagnosticar infecciones causadas por hongos (o infecciones fúngicas). Tales infecciones pueden ocurrir si te expones a uno o varios hongos. Recuerda que los hongos son formas de vida similares a las plantas, como las levaduras y los mohos. Estos viven en todas partes, como por ejemplo:

  • Al aire libre en el aire, en el suelo y en las plantas
  • En interiores en superficies y en el aire
  • En tu piel y dentro de tu cuerpo

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Normalmente, si tienes un buen estado de salud, los hongos no harán que te enfermes, pero ciertos tipos pueden afectar tu salud. Existen dos tipos principales de infecciones fúngicas:

  • Infecciones fúngicas superficiales. Son aquellas que afectan el exterior de tu cuerpo, incluyendo la piel, el área genital y las uñas. Son muy comunes. Usualmente, estas infecciones no son graves, pero pueden causar erupciones con picazón y escamas y otras afecciones incómodas.
  • Infecciones fúngicas sistémicas. Afectan el tejido dentro de tu cuerpo. El hongo puede crecer en los pulmones, la sangre y otros órganos, incluyendo el cerebro. Cualquiera puede contraer una infección fúngica sistémica, pero es menos común en las personas sanas, pues la infección comienza lentamente y, por lo general, no se propaga a otros órganos.

La prueba de cultivo de hongos puede ayudar a identificar el tipo de hongo que tienes. También se usa para ayudar a guiar el tratamiento y para saber si este último está funcionando.

Tu médico puede ordenar una prueba de cultivo de hongos si muestras síntomas de una infección fúngica. Los síntomas varían según el tipo de infección.

Si tienes más dudas sobre esta prueba, consulta a tu médico.

 

Fuente: U.S. National Library of Medicine