La “pulpa” dental es la manera en la que los profesionales de la salud dental llaman a los nervios, vasos sanguíneos y otros tejidos que se encuentran en el interior de cada diente. (Cuando te miras en el espejo, la parte de tus dientes que ves es una capa externa llamada esmalte).

La pulpa, o tejido conectivo dentro de los dientes, juega un papel crucial para ayudar a que la dentadura de los niños se desarrolle a medida que van creciendo.

La caries dental (la cual se presenta debido al mal cuidado tanto de los dientes como de las encías) o un diente agrietado pueden provocar lo que se conoce como pulpitis, que es cuando la pulpa dental se inflama o se infecta.

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Cabe mencionar que la pulpitis generalmente ocasiona un dolor de muelas muy fuerte o pronunciado. Asimismo, en varias ocasiones, la afección puede derivar en un problema de salud grave que requiere atención médica urgente.

En concreto, se clasifica de dos maneras:

  • Reversible: la pulpitis comienza como una inflamación limitada, y el diente puede salvarse con un simple arreglo.
  • Irreversible: cuando el edema (hinchazón de los tejidos blandos debida a la acumulación de líquido) dentro de la cavidad cerrada de la dentina compromete la circulación, haciendo que la pulpa se necrose y se predisponga a la infección.

Si deseas saber más sobre la pulpitis, consulta a un profesional de la salud dental.

 

Fuente: Cleveland Clinic / Manual MSD