Las displasias ectodérmicas son un grupo de afecciones en las que se presenta un desarrollo anormal de la piel, el cabello, las uñas, los dientes o las glándulas sudoríparas. De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, cada una de ellas es causada por una mutación específica en ciertos genes.

La forma más común de displasia ectodérmica suele afectar con mayor frecuencia a los hombres. Sin embargo, otras formas de la enfermedad afectan a hombres y mujeres por igual.

Entre los síntomas más comunes se encuentran la falta de sudoración —por una ausencia de glándulas sudoríparas—, así como problemas para controlar la fiebre, debido a que la piel no puede sudar y controlar de forma adecuada la temperatura.

Otros síntomas pueden incluir:

  • Uñas anormales.
  • Dientes ausentes o anormales.
  • Labio leporino.
  • Reducción del color de la piel.
  • Frente grande.
  • Cabello delgado y escaso.
  • Discapacidades del aprendizaje.
  • Dificultades de audición.
  • Visión deficiente.

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Es importante entender que si no se establece un diagnóstico adecuado en la infancia, la hipertermia —aumento de la temperatura del cuerpo por encima de lo normal— puede ocasionar daño cerebral. En contraste, un diagnóstico temprano y un manejo adecuado puede brindar una esperanza de vida normal.

Para prevenir daños en la salud de las personas que padecen esta enfermedad, es importante evitar una exposición incontrolada a temperaturas elevadas. De igual forma, se requiere una monitorización continua de la temperatura corporal de los pacientes.

En niños mayores deben adoptarse medidas de enfriamiento físico, así como recurrir a un tratamiento precoz dental, con el objetivo de restaurar su función y mejorar su apariencia.

Si tienes dudas, consulta a un especialista. En caso de antecedentes familiares de displasia ectodérmica, te recomendamos acudir a asesoría genética, especialmente si deseas tener hijos.

 

Vía: Medline Plus