Somos humanos, hecho que, por mucho que nos cueste trabajo admitir, facilita que cometamos errores. Aún sabiendo esto, puede que tú mismo, o alguno de tus familiares o conocidos tenga dificultad para reconocer sus propios errores. Eso es común y se debe a algo conocido como disonancia cognitiva.

Los psicólogos denominan disonancia cognitiva al estrés que experimentan algunas personas cuando chocan dos pensamientos, creencias, opiniones o actitudes contradictorias como consecuencia de haber cometido un error, lo que las ‘incapacita’ para aceptar que cometieron tal fallo.

La disonancia cognitiva consiste en lo que sentimos cuando el concepto que tenemos de nosotros mismos (soy inteligente, soy amable y estoy convencido de que esto es verdad) se ve confrontado por el hecho de que lo que hicimos no fue lo mejor, que lastimamos a otra persona y que esa creencia no es verdad”, explica Carol Tavris, psicóloga social estadounidense.

Por ejemplo, supongamos que piensas que eres una persona amable y razonable, entonces un día, al ir conduciendo, le bloqueas el paso a alguien de forma abrupta, lo que experimentarás a continuación será una disonancia cognitiva, por lo que negarás tu error e insistirás en que el otro conductor debería haberte visto o que tenías el derecho de paso, aunque la realidad no haya sido así.

Conoce más: 5 decisiones que debes tomar justo ahora para sentirte feliz al instante

Para reducir la disonancia, debemos cambiar el concepto que tenemos de nosotros mismos o aceptar los hechos”, expone la psicóloga, algo muy difícil de hacer para muchas personas. Cuando nos disculpamos por haber cometido un error, tenemos que aceptar esa disonancia, aunque no sea placentero para nosotros, agrega.

De acuerdo con expertos en psicología, cuando nos rehusamos a admitir nuestros errores, estamos menos dispuestos a recibir críticas constructivas, lo cual puede impedirnos perfeccionar habilidades, rectificar malos hábitos y mejorar como personas en general.

Para reducir los efectos de la disonancia cognitiva, Tyler Okimoto, un experto en psicología que publicó un estudio al respecto en la revista especializada European Journal of Social Psychology, recomienda seguir estos pasos:

1 Identificar la disonancia cognitiva en el momento en que la experimentamos. Por lo general, esta se manifiesta en forma de confusión, estrés, vergüenza o culpabilidad. Aunque la presencia de estos sentimientos no siempre implican que uno esté equivocado, sí pueden utilizarse como recordatorios para analizar una situación desde un punto de vista objetivo.

2 Aprender a identificar nuestras justificaciones habituales. “Piensa en algún momento en que, estando consciente de un error, hayas tratado de justificarlo en vez de aceptarlo. Recuerda cómo te sentiste al racionalizar tu comportamiento, y determina ese sentimiento como una disonancia cognitiva la próxima vez que te ocurra”, comparte.

Si es evidente para todos que has cometido un error, ser obstinado le muestra a la gente una debilidad de carácter, en vez de una fortaleza”, concluye el especialista.

 

Vía: The New York Times