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Desde que comenzó la pandemia de COVID-19 en marzo, todos hemos pasado mucho más tiempo usando computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes como un medio para comunicarnos y mantenernos informados durante esta crisis global.

Los dispositivos digitales también se han convertido en un reemplazo para el aprendizaje en el aula, para las reuniones en persona y, probablemente, en la forma principal para mantenernos informados sobre las noticias. La dependencia de las redes sociales y la tecnología digital para obtener información y entretenimiento también se ha incrementado notablemente, llevándonos a revisar constantemente nuestras notificaciones y a navegar con más frecuencia que antes de la pandemia de COVID-19.

“Los dispositivos digitales están inteligentemente diseñados para atrapar nuestra atención y darnos recompensas psicológicas o de otro tipo por estar atentos. Aprovechan la naturaleza humana al hacernos sentir bien, buscando gustos, conexiones, comentarios, seguidores y opiniones», explicó Eric Alcera, director médico de la red de servicios de salud conductual para Hackensack Meridian Health, en Nueva Jersey (Estados Unidos), y psiquiatra especializado en el cuidado de niños, adolescentes y adultos.

«Tales antojos de atención y refuerzo positivo, así como nuestra respuesta hacia ellos, pueden dificultar que vivamos en el presente y que disfrutemos o interactuemos con lo que nos rodea. Ahora se observa esto más que nunca, ya que los períodos prolongados de aislamiento y las reuniones sociales limitadas en persona nos dan más tiempo para interactuar con los dispositivos», agregó el experto.

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¿Qué es la dependencia digital?

Dado el avance de las capacidades de los teléfonos inteligentes y de las redes sociales durante la última década, los investigadores han descubierto que el uso de dispositivos digitales y de redes sociales puede afectar la salud mental de manera importante.

Por ello, pasar innumerables horas en las redes sociales puede generar efectos negativos duraderos en el cuerpo y la mente. Aquí te mencionamos algunos que debes vigilar:

  • Sentimientos de estrés y ansiedad por quedarse fuera o perder algo.
  • Interrupciones en los patrones de sueño e incapacidad para relajarse y desconectarse.
  • Impacto en la autoestima, efectos nocivos del acoso cibernético o percepciones que podamos tener de nosotros mismos.
  • Sentimientos de fatiga, fatiga visual o interés reducido en la actividad física.
  • Dolor de espalda, dolor en las articulaciones o mala postura al sentarse durante largos períodos sobre teclados o pantallas.

RECUERDA: Si cualquiera de estos efectos se presenta, debes limitar al máximo o evitar por completo el uso de dispositivos digitales, mejorar tu estilo de vida cambiando a hábitos saludables y consultar a un especialista en salud mental.

 

Vía: Hackensack Meridian Health