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¿Sabías que tener bajos niveles de vitamina D se asocia con un mayor riesgo de una enfermedad que causa inflamación y cicatrización pulmonar? Así lo aseguran investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, EE.UU.

Cerca de 200,000 casos de enfermedad pulmonar intersticial (EPI) son diagnosticados cada año en países como Estados Unidos. La mayoría de los casos son causados ​​por toxinas ambientales como el asbesto o el polvo de carbón, pero la EPI también puede ser causada por trastornos autoinmunes, infecciones o efectos secundarios de los medicamentos. En algunos casos, la causa es desconocida.

Los expertos revisaron datos médicos recolectados en más de 6,000 adultos durante 10 años. De esta forma, descubrieron que tener niveles sanguíneos de vitamina D más bajos de lo normal se asoció con un mayor riesgo de signos tempranos de EPI.

Los hallazgos sugieren que una baja cantidad de vitamina D podría ser un factor en el desarrollo de la enfermedad pulmonar intersticial, según los autores del estudio, publicado recientemente en la revista Journal of Nutrition.

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«Sabíamos que la hormona activada de la vitamina D tiene propiedades antiinflamatorias y ayuda a regular el sistema inmunológico, lo que falla en la EPI», dijo la doctora Erin Michos, líder del estudio y directora asociada de cardiología preventiva en el Centro para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares de la citada universidad.

La experta y su equipo indicaron que también hubo evidencia en la literatura de que la vitamina D juega un papel en las enfermedades obstructivas del pulmón como el asma y la EPOC, y ahora encontraron que la asociación también existe con esta forma de enfermedad pulmonar cicatricial.

«Nuestro estudio sugiere que niveles adecuados de vitamina D pueden ser importantes para la salud pulmonar. Ahora podemos considerar agregar la deficiencia de vitamina D a la lista de factores involucrados en los procesos de enfermedad junto con los factores de riesgo conocidos de EPI, como las toxinas ambientales y el tabaquismo». Michos dijo.

Aunque los resultados del estudio no probaron un vínculo de causa y efecto, sí respaldan la necesidad de estudios futuros para investigar si el tratamiento de la deficiencia de vitamina D, ya sea mediante suplementos o exposición a la luz solar, podría prevenir o retrasar la progresión del trastorno.

 

Vía: Health Day News