Durante la última década, cada vez más personas se han interesado por el bienestar de su salud integral, lo que ha aumentado la popularidad de varios hábitos alimenticios, entre los que destaca la dieta vegana.

Este modelo alimenticio goza de gran popularidad debido a que no solo toma en cuenta la preocupación por la salud en general, sino también el bienestar de los animales y la responsabilidad con el medio ambiente.

Básicamente, la dieta vegana consiste en no comer carne, pescado, huevos ni ningún otro producto derivado de los animales, como lácteos, gelatina o miel. Por lo que los alimentos de origen vegetal son la principal fuente de alimentación.

¿Tiene algún beneficio real para la salud?

Diversos estudios han analizado esta clase de dietas para averiguar si realmente ofrecen beneficios a la salud integral, más allá de su promesa inicial.

La mayoría de las investigaciones coinciden en que sí, su consumo -a la par de diversos hábitos como hacer ejercicio- puede beneficiar el estado de salud de una persona, siempre y cuando se realice de forma correcta, esto es contando con la asesoría y supervisión de un médico.

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En este sentido, un reciente estudio de la Universidad de Florencia, en Italia, encontró que la alimentación a base de alimentos vegetales protege significativamente del riesgo a desarrollar enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer.

Principales desafíos

Si bien se trata de una dieta beneficiosa, los especialistas en salud recomiendan introducirse a ella poco a poco y siempre bajo supervisión médica, ya que llevarla a cabo de forma inadecuada puede resultar contraproducente.

Esto se debe a que la dieta vegana presenta dos grandes desafíos: 1) asegurarse continuamente qué alimentos pueden contener derivados de animales y, más importante aún, 2) garantizar que no se está dejando de lado el consumo de nutrientes que son clave para el cuerpo, destacó el doctor Giles Yeo, investigador principal asociado en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Sobre el primer punto, Yeo indicó que muchos productos que parecen no tener una procedencia animal, en realidad sí la contienen. “Está claro que los huevos, la leche y la carne no son aptos, pero ¿qué ocurre con la pasta o la mayonesa? Ambos contienen huevo. ¿Y el vino?, también”, compartió.

Sobre el segundo punto, el experto aconsejó prestar particular atención a la ingesta suficiente de vitamina D (necesaria para la fuerza ósea). Para obtenerla, se recomienda recurrir a alimentos fortificados, como algunos tipos de leche de soja, leche de arroz, jugo de naranja y cereales para el desayuno. Además, se debe valorar con un médico si valdría la pena tomar suplementos.

El yodo y la vitamina B12 son otros nutrientes importantes. Para su ingesta a niveles idóneos, Yeo aconsejó tomar suplementos como una alternativa, siempre bajo aprobación y supervisión médica.

 

Vía: BBC