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La nueva COVID-19 puede ser un mal respiratorio, pero cada vez está más claro que algunos pacientes gravemente enfermos sufren daño en el corazón. Y esto puede aumentar sustancialmente su riesgo de muerte, reportan médicos en China.

Mediante un estudio publicado esta semana en la revista JAMA Cardiology, especialistas dirigidos por el doctor Bo Yang, del Hospital Renmin de la Universidad de Wuhan, descubrieron que de 416 pacientes hospitalizados por infecciones graves con COVID-19, casi el 20% desarrolló daños en el músculo cardíaco, y más de la mitad de esos pacientes murieron.

Los médicos en China ya habían advertido que las lesiones cardíacas parecen comunes en pacientes con COVID-19, particularmente en aquellos con enfermedades cardíacas existentes o presión arterial alta. Un estudio reciente y más pequeño halló que el 12% de los pacientes hospitalizados tenían la complicación.

Pero en estos últimos resultados, los autores añaden un dato preocupante: los pacientes que desarrollan daño cardíaco pueden enfrentar un riesgo «inesperado» de muerte.

Queda mucho por aprender. Por un lado, los hallazgos provienen de un solo hospital en Wuhan, donde comenzó el brote. Expertos de Estados Unidos dijeron que no se sabe si la sombría perspectiva se mantendrá en otros hospitales del mundo.

«Ciertamente esperamos que no», comentó el doctor Thomas Maddox, jefe del Comité de Ciencia y Calidad del Colegio Estadounidense de Cardiología (ACC).

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El ACC ya ha emitido orientación clínica para los cardiólogos. Entre otras cosas, destaca los riesgos adicionales para los pacientes con enfermedades cardíacas y les pide a los cardiólogos que estén listos para ayudar a otros médicos que atienden a pacientes gravemente enfermos.

«Estamos anticipando que los pacientes con enfermedad cardiovascular subyacente tendrán dificultades», apuntó Maddox.

La novedad de la COVID-19 es que aún no se tiene claro cómo manejar mejor a estos pacientes hospitalizados. Según Maddox, se están utilizando medicamentos y dispositivos estándar para el corazón para brindar apoyo cardíaco.

«Continuamos resolviendo esto», indicó.

Sin embargo, la importancia de la prevención es más obvia que nunca. Maddox dijo que las personas con enfermedades cardíacas existentes, como un ataque cardíaco previo, o un historial de evento vascular cerebral, deben considerarse en «alto riesgo» y mantenerse atentas a su condición para estar protegidas.

Y para quienes viven en una comunidad con un brote de COVID-19, esto significa quedarse en casa tanto como sea posible, así lo enfatizan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Mientras tanto, todas las personas de alto riesgo deben lavarse las manos con frecuencia, desinfectar las superficies que tocan habitualmente y tomarse en serio el «distanciamiento social» si deben salir de sus casas.

 

Vía: Health Day News