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Con la creciente evidencia que revela un vínculo entre el COVID-19 y el infarto cerebral (o evento vascular cerebral), es más importante que nunca llamar al 911 si alguien muestra signos de que está sufriendo uno, señalan los expertos.

«Pese a la conexión creciente entre el COVID-19 y un mayor riesgo de evento vascular cerebral, los hospitales de todo el país continúan experimentando una disminución en los casos de infarto cerebral», indicó el doctor Richard Klucznik, cirujano especialista en eventos cerebrovasculares y presidente de la Sociedad de Cirugía Neurointervencionista.

«Es seguro asumir que la incidencia de evento vascular cerebral no está disminuyendo, probablemente todo lo contrario, lo que sugiere que los pacientes ignoran los síntomas y retrasan el tratamiento por temor a exponerse al virus», lamentó Klucznik.

Tan solo en Estados Unidos, el infarto cerebral es una de las principales causas de muerte y discapacidad a largo plazo, con casi 800,000 personas que sufren un evento cerebrovascular cada año, resultando en 140,000 muertes y muchos sobrevivientes con discapacidades permanentes.

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La cantidad de muertes relacionadas con infartos cerebrales aumentará en 2020 debido a la pandemia de coronavirus, especialmente si los pacientes con la afección continúan retrasando el tratamiento y llegan a los hospitales demasiado tarde, advirtió Klucznik.

Por su parte, el doctor J. Mocco, cirujano de evento cerebrovascular en el Hospital Mount Sinai de la ciudad de Nueva York, comentó que la conexión entre el COVID-19 y el infarto cerebral es real.

«Después de una caída inicial en los casos de evento vascular cerebral en el tiempo previo al aumento, el número de pacientes con infarto cerebral se duplicó durante el pico de COVID-19 y más de la mitad fueron positivos para el virus. Además, estos pacientes eran, en promedio, 15 años más jóvenes que los pacientes con evento cerebrovascular típico y entre los menos propensos a sufrir un infarto cerebral», detalló Mocco.

Finalmente, el doctor Michael Levitt, cirujano especialista en eventos cerebrovasculares de UW Medicine en Seattle, enfatizó que «los pacientes deben saber que las unidades de evento vascular cerebral en los hospitales están tomando todas las precauciones para proteger a nuestros pacientes y a nuestro personal de la exposición al COVID-19″, dijo.

«Lo que permanece sin cambios durante esta pandemia es que todavía necesitamos actuar con seguridad cuando se trata de un infarto cerebral y siempre llamar al 911. Evitar o retrasar el tratamiento solo conducirá a más muertes», agregó Levitt.

 

Vía: Health Day News