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Controlar la presión arterial podría ser crucial durante una cirugía por lesiones de la médula espinal. Esto significa que tener un control estricto de la presión arterial, ni demasiado alto ni demasiado bajo, durante dicho procedimiento puede mejorar los resultados de los pacientes, así lo reveló un nuevo estudio publicado en la revista eLife.

«El daño a las neuronas en las lesiones de la médula espinal conduce a la desregulación de la presión arterial, lo que a su vez limita el suministro de sangre y oxígeno al tejido de la médula espinal estresado, lo que agrava la muerte de las neuronas espinales», explicó Abel Torres-Espin, profesor asistente de cirugía neurológica en la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y coautor principal del trabajo.

«Por lo tanto, el manejo preciso de la presión arterial es un objetivo clave para el cuidado de las lesiones de la médula espinal», añadió el experto.

La investigación incluyó a 118 pacientes en dos hospitales de California que tratan los casos de traumatismos más graves. De esta forma, los autores compararon sus grados de lesión espinal cuando ingresaron y cuando fueron dados de alta.

Los grados iban desde A (sin movimiento o sensación por debajo del punto de la lesión) a E (movimiento y sensación normales).

De los 42 pacientes cuyas lesiones de la columna mejoraron en al menos un grado en el hospital, 18 tenían una lesión de grado A; 8 de grado B; 11 de grado C; y 5 de grado D.

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Los pacientes con presión arterial demasiado alta o demasiado baja durante la cirugía tuvieron una recuperación del movimiento más deficiente después del procedimiento, encontró el estudio.

Las mejores recuperaciones se asociaron con el mantenimiento de una presión arterial promedio entre 76 y 104-117 mmHg durante la cirugía. Dicho rango es más estrecho que en las pautas actuales basadas en estudios clínicos más pequeños, mencionó el estudio.

«Es particularmente interesante que este trabajo haya identificado el límite superior del rango de presión arterial, que previamente no había sido considerado perjudicial en la práctica clínica», apuntó el doctor Jonathan Pan, del Departamento de Anestesia y Cuidados Perioperatorios de la UCSF y coautor del estudio.

«Si los resultados son validados en nuestro estudio prospectivo, tendrán el potencial de brindar una nueva guía sobre el manejo de la presión arterial para los pacientes con lesión aguda de la médula espinal», subrayó.

Para las personas que sufren lesiones de grado A más graves, la presión arterial óptima durante la cirugía podría ser un factor clave para que tales lesiones mejoren a un grado C, dijeron los investigadores.

«La diferencia del grado A al grado C puede ser significativa en términos de independencia y funcionalidad», resaltó Debra Hemmerle, enfermera del Centro de Lesiones Cerebrales y Espinales de la UCSF y coautora del estudio.

«Esto significa que un paciente que de otro modo podría depender de la asistencia humana para sus necesidades más básicas, tendría la capacidad de auto transferirse de una silla de ruedas a una cama, así como de caminar con dispositivos de asistencia y atender algunas actividades de la vida diaria sin recibir ayuda», agregó la investigadora.

 

Fuente: Health Day News