La hipotensión ortostática es una caída repentina de la presión arterial que ocurre cuando una persona asume una posición de pie. Esta se debe a un fallo en la función barorrefleja, la cual detecta un cambio en la presión arterial y ajusta la frecuencia cardíaca, activando a la vez las fibras del sistema nervioso simpático para hacer que los vasos sanguíneos se estrechen y se corrija la presión arterial.

También puede ser causada por hipovolemia (disminución de la cantidad de sangre en el cuerpo), como resultado del uso excesivo de diuréticos, vasodilatadores u otro tipo de medicamentos, así como por deshidratación o por reposo prolongado en cama.

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Esta caída de la presión arterial puede estar asociada con la enfermedad de Addison, la diabetes y ciertos trastornos neurológicos, incluyendo la atrofia multisistémica con hipotensión ortostática (anteriormente conocida como síndrome de Shy-Drager), enfermedades que afectan los nervios (neuropatías) del sistema nervioso autónomo y otras afecciones producidas por trastornos en dicho sistema. Los síntomas, que generalmente ocurren después de ponerse de pie repentinamente, incluyen mareos, aturdimiento, visión borrosa y síncope (pérdida temporal del conocimiento).

Tratamiento

Cuando la hipotensión ortostática es causada por hipovolemia debida a medicamentos, el trastorno puede revertirse ajustando la dosis o suspendiendo el medicamento. Cuando la afección es causada por un reposo prolongado en cama, la mejoría puede ocurrir al sentarse con mayor frecuencia cada día. En algunos casos, es posible que se requiera una contrapresión física, como mangueras elásticas o trajes inflables que se colocan en todo el cuerpo. La deshidratación se trata con sal y líquidos. Los casos más graves se pueden tratar con medicamentos, como la midodrina, para elevar la presión arterial.

 

Fuente: National Institute of Neurological Disorders and Stroke