Las arterias que suministran sangre al corazón pueden hacerse estrechas lentamente debido a la acumulación de placa. Este proceso, llamado aterosclerosis, es la causa más frecuente de un ataque cardíaco, ocurre lentamente y puede no presentar síntomas, a menos que la obstrucción sea muy importante. En la mayoría de los casos, eventualmente, una parte de la placa puede desprenderse. Cuando esto sucede, se forma un coágulo de sangre alrededor de la placa, el cual puede viajar y bloquear el flujo de sangre hacia el músculo cardíaco y privarlo de oxígeno y nutrientes.

Dicha privación recibe el nombre de isquemia. Cuando el corazón se daña, o parte del corazón comienza a morir debido a la falta de oxígeno, se le conoce como ataque cardíaco. El término médico para un ataque al corazón es infarto de miocardio.

De acuerdo con la Asociación Estadounidense del Corazón, tan solo en Estados Unidos, una persona sufre un ataque cardíaco aproximadamente cada 39 segundos.

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Los síntomas de un infarto de miocardio incluyen:

  • Opresión, sensación de saciedad o dolor en el pecho o los brazos
  • Dificultad para respirar
  • Ansiedad o una sensación de muerte inminente
  • Mareo
  • Náuseas, indigestión o acidez estomacal
  • Fatiga excesiva

RECUERDA: Un ataque cardíaco es una emergencia médica. El daño al corazón podría ser irreversible, o incluso fatal, si el tratamiento no comienza durante las primeras horas después de experimentar el ataque.

Es importante actuar rápido y obtener tratamiento médico requerido si tú o alguien que conoces experimenta los síntomas de un ataque al corazón.

 

Fuente: Healthline