El corazón es un órgano del tamaño de tu puño que bombea sangre a través de tu cuerpo. Además, está formado por múltiples capas de tejido.

El corazón se ubica en el centro de tu sistema circulatorio. Dicho sistema está compuesto de una red de vasos sanguíneos, como arterias, venas y capilares, que transportan sangre hacia y desde todas las áreas de tu cuerpo. Tu sangre transporta el oxígeno y los nutrientes que tus órganos requieren para funcionar correctamente. La sangre también transporta dióxido de carbono hacia los pulmones para que puedas exhalarlo. Dentro de tu corazón, las válvulas mantienen el flujo de sangre en la dirección correcta.

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Sumado a ello, el sistema eléctrico de este importante órgano controla la frecuencia y el ritmo de los latidos cardíacos. Un corazón saludable le suministra a tu cuerpo la cantidad correcta de sangre, haciéndolo al ritmo necesario para que tu organismo funcione bien. Si una enfermedad o lesión debilita tu corazón, los órganos de tu cuerpo no recibirán suficiente sangre para funcionar de manera normal. Un problema con el sistema eléctrico, o con los sistemas nervioso o endocrino, que controlan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, también pueden hacer que al corazón le cueste más trabajo bombear sangre.

 

Fuente: National Heart, Lung, and Blood Institute