Existe un creciente cuerpo de investigación que muestra un vínculo entre la ingesta de azúcar agregada y la presión arterial alta.
En un estudio, el aumento del consumo de bebidas azucaradas se relacionó con niveles más altos de presión arterial tanto en niños como en adolescentes.
Y no se trata solo del azúcar: todos los carbohidratos refinados, como los que se encuentran en la harina blanca, se convierten rápidamente en azúcar en el torrente sanguíneo y podrían causar problemas.
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Varias investigaciones han demostrado que las dietas bajas en carbohidratos también pueden ayudar a reducir la presión arterial.
De hecho, una revisión de 12 estudios reveló que seguir una dieta baja en carbohidratos podría reducir la presión arterial sistólica y diastólica, junto con varios otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca.
En pocas palabras: los carbohidratos refinados, especialmente el azúcar, pueden aumentar la presión arterial. Algunos estudios han demostrado que las dietas bajas en carbohidratos pueden ayudar a reducir los niveles de presión arterial.
Fuente: Medical News Today
