El paso del tiempo es casi lo único inevitable para una persona. No podemos detener los efectos que los años dejan en nuestro cuerpo y salud, cierto. Pero algo que sí podemos hacer es retrasar la aparición de estos e incluso llegar a contrarrestarlos, como en el caso de la andropausia.

Se le denomina como andropausia a la serie de cambios hormonales que experimentan los hombres a partir de los 40 años, y son más notorios cuando se supera los 55 años de edad. Se puede considerar como la versión varonil de la menopausia.

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Esta etapa, cuya principal característica es la disminución e incluso desaparición del deseo sexual del hombre, es un proceso completamente natural, indicó Óscar Castro Guevara, director de la Unidad de Medicina Familiar número 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social en San Luis, Río Colorado, Sonora.

Algunos de sus principales síntomas, señaló, son:

-Cambios en la actitud y estado de ánimo
-Fatiga
-Pérdida de energía
-Pérdida de cabello
-Falta de deseo sexual
-Incapacidad de mantener una erección
-Aumento de peso
-Irritabilidad
-Depresión
-Nerviosismo
-Reducción de fuerza
-Deterioro óseo
-Sensación de calor
-Problemas circulatorios
-Sudoración
-Dolor de cabeza

Además de estos síntomas, explicó el especialista, existen complicaciones más severas que pueden presentarse en una persona con andropausia. A saber: insuficiencia cardíaca, osteoporosis, reducción de la masa muscular e inclusive trastornos en el adecuado funcionamiento del riñón.

Lo cierto es que existen tratamientos para sobrellevar esta condición, la mayoría de ellos consistentes en el suministro de testosterona. No obstante, se puede retrasar su aparición, e incluso llegar a contrarrestar algunos de sus síntomas si, desde la juventud, los hombres siguen las siguientes recomendaciones:

-Acudir al médico anualmente para llevar un registro de su salud.
-Mantener una dieta saludable para evitar sobrepeso u obesidad.
-Aumentar el consumo de lácteos descremados, pescado fresco, atún y sardina, para tener fuentes suficientes de ácidos grasos omega 3 y calcio.
-Comer frutas y verduras a diario.
-Tomar 2 litros de agua a diario.
-Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
-Consumir jalea real en combinación con ginseng con cierta frecuencia.
-Realizar, por lo menos, 10 minutos de ejercicio diario.

 

Vía: Instituto de Neurociencias de Guayaquil, Notimex