El azúcar es visto comúnmente como un ingrediente que se utiliza para endulzar un alimento o bebida y, en general, su consumo es socialmente aceptado. No obstante, se ha convertido en uno de los principales enemigos de la salud integral, especialmente en niños.

Para nadie es un secreto que actualmente nos encontramos en una crisis de obesidad infantil en todo el mundo. Y aunque las causas son variadas y complejas, es bastante aceptada la teoría de que el azúcar es uno de los principales responsables.

Sobre este punto, expertos remarcan que, al tratarse de niños, son muy pocos los pequeños que realmente son responsables directos de su propia dieta, o capaces de monitorear su consumo de azúcar. Más bien se trata de una labor a cargo de los padres de familia.

Por desgracia, un reciente estudio encontró que la mayoría de los adultos no son expertos en calcular la cantidad de azúcares presentes en algunos de los alimentos más comunes. Factor que puede influir directamente en la calidad de la dieta de sus hijos.

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“Nos sorprendió el grado de subestimación del contenido de azúcar de algunos alimentos, ya que existe un ‘halo saludable’ sobre productos como el jugo de fruta y el yogur, lo que provoca que los padres calculen erróneamente su contenido de azúcares”, indicó Mattea Dallacker, una de las responsables del estudio.

Recomendación

En el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) compartió la recomendación de que todas las personas, sin importar su edad, deberían restringir su ingesta de azúcar a menos del 10% del total de calorías que consumen a diario.

En niños pequeños, eso significa que no deben consumir más de 45 gramos de azúcar al día, lo que puede traducirse en aproximadamente unas 11 o 12 cucharaditas.

Para calcular la cantidad adecuada se debe tomar en cuente que, así como hay alimentos en donde la presencia de azúcares es obvia -como chocolates y galletas-, existen otros que comúnmente son considerados saludables pero donde hay grandes cantidades ‘escondidas’ de azúcares, como lo son los jugos de fruta y el yogur, por ejemplo.

Consejos

1. Evitar darle a los niños refrescos, ya que una sola lata de estas bebidas (330ml) contiene el equivalente a 9 cucharaditas de azúcar, que es más de la cantidad diaria óptima recomendada por la OMS.

2. Evitar dar en exceso a los niños bebidas dulces como batidos, agua con sabor a frutas, bebidas energéticas y jugos de frutas (no frescos). La recomendación para los niños es consumir agua o leche.

3. Evitar servir las comidas con salsa barbacoa, ketchup o salsa agridulce. Un par de cucharadas de estas salsas pueden contener la misma cantidad de azúcar que una dona.

4. Optar por el yogur natural en lugar del de sabor a fruta.

5. Evitar dar a los niños productos ‘light’ o de dieta, ya que para potenciar el sabor los fabricantes compensan el bajo contenido en grasa con un alto contenido en azúcares.

 

Vía: The New York Times, BBC