Por lo regular, prestamos atención a las recomendaciones relacionadas con el cuidado del corazón, los pulmones o el hígado, órganos importantes para una vida saludable. Sin embargo, existen otras partes del cuerpo importantes para el buen funcionamiento del organismo, como los intestinos.

Conoce más: 3 consejos para cuidar tu corazón en caso de diabetes

Además de ser esenciales durante el proceso de digestión, su medio ambiente bacteriano o microbiota puede influir en el riesgo de padecer diversas enfermedades. Por eso, es vital mantenerlo bajo control y en óptimas condiciones.

Por si esto fuera poco, un mal cuidado de los intestinos puede causar malestares, como dolores abdominales, cólicos, hinchazón, exceso de gases, diarrea o estreñimiento, entre otros. Dependiendo el cuadro que los produzca, estas señales pueden mantenerse, mejorar con el tiempo e incluso desaparecer.

Según especialistas, es posible proteger a los intestinos si prestamos atención al estrés, la mala alimentación y los hábitos sedentarios.

Recomendaciones

  1. Cuida tu estilo de vida. Una manera de comenzar es adoptando rutinas más organizadas. Procura dormir de noche entre 7 y 8 horas, incorporar una dieta saludable y hacer ejercicio.
  2. Reduce el estrés. Las personas que padecen estrés desde jóvenes tienen más probabilidad de desarrollar problemas intestinales. Busca maneras de sacar tu ansiedad, ya sea a través de la meditación o mediante la actividad física.
  3. Come más fibra. Ésta atrae el agua, reduce el colesterol, ralentiza la digestión y facilita el tránsito de los alimentos.
  4. Consume vegetales y frutas. Incorporar una variedad de frutas, vegetales, granos integrales y frutos secos a tu dieta te garantizará una buena dosis de fibra, sin olvidar que obtendrás muchos nutrientes esenciales.
  5. Toma probióticos con moderación. Los probióticos son microbios vivos similares a los que se encuentran en el intestino humano que pueden mejorar la función intestinal. Puedes encontrarlos en suplementos o en alimentos como el yogur o el kéfir.

Si tienes dudas, consulta a un médico o especialista en nutrición. 

 

Vía: Hola Doctor