Practicar algún deporte es algo común durante la juventud. Se trata de un grandioso aporte de actividad física que trae consigo varios beneficios para la salud integral. Sin embargo, sufrir una posible lesión es el principal riesgo de estas actividades.

Por mucho cuidado que se tenga, las lesiones pueden hacer su aparición en cualquier momento, por lo que es recomendable que tanto jóvenes como padres de familia sepan qué hacer en caso de que se presente uno de estos impredecibles accidentes.

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Lo primero es comprender por qué ocurren. La gran mayoría de lesiones deportivas suelen darse por motivos como:

-No entrenar o jugar de la forma inadecuada.

-Entrenar demasiado.

-Llevar un calzado inadecuado.

-No llevar el equipo de protección necesario.

-El rápido crecimiento que se experimenta durante la pubertad.

-Golpes, caídas o de la aplicación de una fuerza desmedida.

-Sobrecarga.

¿Qué hacer?

Si creen que han sufrido una lesión, los jóvenes deben dejar de entrenar, de jugar o de practicar la actividad que estaban realizando. Informar a su entrenador o a uno de sus padres si está cerca sobre lo que ha ocurrido por si es necesario ir al médico.

En el caso de los padres, deben mantener la calma y no entrar en pánico, pues de hacerlo solamente lograrán asustar a sus hijos. Corroborar que la lesión no sea seria y, en caso de ser necesario, contactar a los servicios médicos si el afectado:

-Siente mucho dolor.

-El dolor aumenta cuando mueve la parte afectada.

-El área lesionada se hincha.

-Existe necesidad de cojear.

-Se ve reducida su movilidad.

-El dolor es leve pero persiste una semana o más tras la lesión.

 

Vía: Kid’s Health