Los deportes son ideales para divertirse, mantenerse en forma, mejorar habilidades y hacer amigos. Sin embargo, la competencia puede producir ansiedad, estrés y frustración; especialmente en los niños, debido a la presión interna y externa —demandas de un padre, entrenador u otra figura de autoridad—.

En ocasiones, el estrés relacionado con el deporte es positivo, gracias al desafío de concentración, fuerza, resistencia y mayor estado de alerta, pero ¿cuándo se convierte en una emoción dañina o produce desgaste?

  • Estrés positivo. Proviene de tomar parte en algo que es agradable, pero desafiante.
  • Estrés negativo. Lo desafiante se convierte en un problema. 

Conoce más: 5 trucos para reducir el estrés y mejorar la creatividad

Recomendaciones

Si tu hijo sufre de estrés por deportes, te recomendamos practicar con él algunas de estas medidas.

  1. Respiración profunda. Enseña a tu hijo a sentarse e inhalar lentamente por la nariz. Es importante que mantenga la respiración durante aproximadamente 5 segundos, para luego soltarla lentamente. Debe repetir el ejercicio cinco veces.
  2. Relajación muscular. Se trata de flexionar un grupo de músculos fuertemente. Dile que los mantenga tensos por unos 5 segundos, para después soltarlos. El ejercicio debe repetirse cinco veces, seleccionando diferentes grupos musculares.
  3. Visualización. Aquí interviene un poco más la meditación: ojos cerrados e imaginar un lugar o evento pacífico. Mientras esté recordando bellas vistas o sonidos felices, pídele que imagine que el estrés se aleja del cuerpo.

El nerviosismo que acontece antes de un evento estresante provoca dolores físicos, así como problemas para dormir o concentrarse. Esto puede causar daños en la salud, por lo que es importante analizarlo y buscar formas de ayudar. Pide a tu pequeño que comparta contigo sus sentimientos, con el fin de aliviar la ansiedad. Cuando hable, hazle saber que estás ahí para él. Recuerda, tu apoyo puede hacer la diferencia.

 

Vía: Kids Health