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El sol de verano puede brindarnos grandes momentos al pasear por la playa, disfrutar un día en la piscina o en eventos deportivos. De hecho, sus rayos son indispensables para que nuestro cuerpo genere vitamina D. Desafortunadamente, no todas las personas disfrutan estos días con tanto fervor.

La alergia al sol aparece cuando algunas personas sienten que su piel reacciona de una manera inesperada durante esta temporada. A decir de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), «las reacciones por alergia al sol pueden desarrollarse en cualquier persona, ya que no son hereditarias y tampoco son más frecuentes en individuos con predisposición a sufrir otras afecciones alérgicas».

Síntomas

  • Erupción solar polimorfa. Las erupciones aparecen tras la primera exposición al sol —rostro, escote, antebrazos y zona anterior de las piernas—.
  • Urticaria solar. Se trata de una hipersensibilidad inmediata frente a un fotoalérgeno desconocido. Las ronchas pueden acompañarse con otros síntomas, como dolor de cabeza, náuseas o dificultad para respirar.
  • Picor, escozor y quemazón. Son síntomas comunes cuando aparece la erupción solar polimorfa o la urticaria solar.

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Ciertos tipos de dermatitis también pueden derivar en una alergia al sol. La primera de ellas es la dermatitis por fotosensibilidad, provocada por factores externos, como medicamentos, perfumes y cremas solares —se pueden convertir en sustancias alérgicas—. La segunda es la dermatitis atópica, un problema que puede agravarse debido al cloro de las piscinas o la exposición solar excesiva.

Recomendaciones

El primer paso es controlar la exposición al sol y utilizar una crema solar con FPS alto. También se recomienda el uso de antihistamínicos orales para tratar el problema de alergia —consulta a un médico antes de tomar cualquier medicamento—.

Si detectas problemas en tu piel relacionados con el sol, visita de inmediato a un dermatólogo.

 

Vía: 20 minutos.es