Actualmente, el sedentarismo y la inactividad son un común denominador en la vida diaria de millones de personas, un factor que se ha asociado por diversos estudios con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud en el mediano y largo plazo.

Realizar poca o nula actividad física se asocia con un mayor riesgo de presentar sobrepeso u obesidad, condiciones que aumentan las probabilidades de desarrollar diversas enfermedades, como hipertensión y diabetes tipo 2.

Sin embargo, investigaciones recientes han encontrado que una posible solución al sedentarismo podría ser tener un perro como mascota.

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Los dueños de perros tienen hasta cuatro veces más probabilidades de cumplir con las recomendaciones actuales sobre actividad física que otras personas, según encontró un reciente estudio llevado a cabo por científicos del ejercicio de la Universidad de Liverpool, en Reino Unido.

Tener un perro = caminar más

De acuerdo con la investigación, que fue publicada en la revista especializada Scientific Reports, poseer un perro puede influir positivamente y de manera notable en cuánto ejercicio hace la gente.

Tras el estudio, “quedó claro inmediatamente que la gente con perros caminaba con más frecuencia que las personas sin ellos”, indicó Carri Westgarth, investigadora a cargo del estudio y catedrática de interacción entre humanos y animales en la Universidad de Liverpool.

En general, la mayoría de los dueños de perros pasaban casi 300 minutos cada semana sacándolos a pasear, es decir, caminaban unos 200 minutos más a la semana que la gente que no tiene estas mascotas, apuntaron los investigadores.

Gracias a estos paseos, la mayoría de los propietarios de perros cumplen o incluso exceden las recomendaciones estándar de ejercicio para mantenerse saludables, las cuales piden al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, destacó Westgarth.

Además, la influencia de los animales también se extendió a los niños, ya que los investigadores descubrieron que los pequeños cuyas familias tenían un perro caminaban unos 100 minutos cada semana y jugaban con sus mascotas otros 200 minutos más, por lo que eran considerablemente más activos que los niños de hogares sin canes.

“Si sientes que tienes el tiempo, el interés y las finanzas para asumir la responsabilidad de ser dueño de un perro, entonces son el perfecto aliciente para salir a caminar cuando quizá te habrías inventado excusas para no hacerlo”, concluyó Westgarth.

 

Vía: The New York Times