El pollo es uno de los alimentos más consumidos en México, gracias a su aporte en proteínas, vitaminas del complejo B y gran sabor. Desafortunadamente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han alertado sobre las afecciones transmitidas por este alimento.

De acuerdo con el análisis de los CDC, el pollo puede transmitir Campylobacter, Clostridium y Salmonella, bacteria que provoca diarrea, fiebre y cólicos. “[Puede] generar esta transmisión por contaminación directa de superficies expuestas al pollo crudo, siendo capaz de infectar a más personas en un mismo hogar. Los otros alimentos [de origen animal] producen casi el mismo número de brotes de intoxicación alimentaria, pero no hay este tipo de contagio generado por contaminación de superficies como platos, tarjas y refrigeradores”, según el especialista Manuel Meléndez Córdoba.

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¿Qué debemos hacer?

No es necesario que dejes de comerlo, lo ideal es tomar precauciones al momento de manipular y preparar el alimento.

  1. Nunca laves el pollo. “La bacteria que causa la salmonelosis, por ejemplo, se propaga por contacto del pollo con cualquier superficie. Si se usa la tarja para lavar el pollo contaminado, las bacterias se propagan a la tarja y pueden entrar en contacto con la esponja de lava trastes o algún utensilio de cocina”, dijo.
  2. Separa el pollo del resto de los alimentos, con el fin de evitar que tenga contacto con otros productos.
  3. Usa una tabla específica para cortarlo y no la compartas con otros alimentos.
  4. Antes y después de manipular el pollo crudo, lava tus manos con agua y jabón, así como todas aquellas superficies y utensilios que estuvieron en contacto con el alimento.
  5. Al cocinarlo, asegúrate de que quede bien cocido.

 

Vía: Hola Doctor