Poco tiempo después de haberse puesto de moda el horno microondas, muchas personas se negaron a utilizarlo argumentando que podía causar cáncer y otras enfermedades. Unos años más tarde, el horno de microondas se convirtió en un electrodoméstico imprescindible que, hoy en día, podemos encontrar en prácticamente cualquier cocina.
No obstante, todavía hay gente que afirma que, aunque el microondas no es malo para la salud en sí mismo, su manera de cocinar los alimentos ocasiona que éstos pierdan vitaminas y nutrientes. Pero, ¿qué tan cierto es esto?
Por raro que parezca, cocinar en el horno microondas no solo hace perder a los alimentos el mismo número de vitaminas y nutrientes que otras formas de cocción, sino que además, en muchos casos, lo hace de una forma menor.
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Ejemplo de ello se muestra en un artículo publicado en la revista Journal of Food Science, el cual señala que con el microondas se mantienen más los niveles de antioxidantes en alimentos como las judías, los espárragos o la cebolla que si se cocinan en el horno convencional o hirviéndolos. Sumado a este trabajo, existen varios estudios que siguen la misma línea.
La mejor manera de retener los nutrientes de la comida es cocinarla en tiempos cortos y con poco líquido, por lo que el horno de microondas funge como el candidato perfecto para esta tarea. La vitamina C y muchas de las vitaminas B, como la B6 y la B12, son más vulnerables a la cocción al ser solubles en agua. En ese sentido, cocinar al vapor también representa una excelente opción.
Vía: Agencia ID
