Las denominadas enfermedades raras son padecimientos que, en la medida de lo posible, es mejor detectarlos a tiempo.

La gran mayoría de estas enfermedades son genéticas y carecen de una cura, no obstante, detectarlas de forma temprana puede ayudar a cuidar la calidad de vida del paciente y evitar posibles accidentes, tal es el caso de la acromatopsia o ceguera diurna.

Se le conoce así a la incapacidad que tienen algunas personas para distinguir los colores.

“Es una ceguera total a los colores, una enfermedad de los conos que es de origen genético y rara, ya que afecta a aproximadamente a una persona por cada 100 mil”, compartió José Elías García Ortiz, titular de la división de Enseñanza del Hospital de Gineco-Obstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.

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La acromatopsia o ceguera a los colores es un padecimiento de origen genético, que imposibilita a las personas percibir tonalidades en rojo, azul o verde. Prácticamente ven en tono gris todo lo que les rodea, detalló el especialista.

Este padecimiento se debe, explicó, a que las células de la retina (o conos) están dañadas y no se recuperan. Su causa es por herencia y, en este caso, se trata de una herencia autosómica recesiva que, en palabras simples, significa que los padres no la padecen.

Su detección temprana puede ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente, señaló José. Sin embargo, aunque el uso de lentes puede mejorar la capacidad visual, a lo largo de su vida el paciente tendrá ciertas limitantes para algunas actividades, como manejar por ejemplo.

 

Vía: Notimex