Para las mujeres, una mamografía puede ofrecerles un vistazo a algo más que la salud de sus senos, ya que también puede otorgarles pistas importantes sobre su salud cardíaca.

Cuando un radiólogo lee una mamografía, a veces encuentra pequeñas rayas blancas que parecen líneas de gis dentro de las arterias de tu seno. Estas líneas son en realidad depósitos de calcio llamados calcificaciones arteriales. Si los tienes, podría significar que tienes depósitos similares en otras arterias dentro de tu cuerpo, como en aquellas que llevan sangre hacia el músculo cardíaco, un factor de riesgo conocido de enfermedad del corazón.

«Algunos estudios sugieren que la presencia de calcificaciones en las arterias mamarias es un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular, incluso después de tomar en cuenta otros factores como hipertensión, diabetes, tabaquismo y colesterol alto», indicó la doctora JoAnn E. Manson, profesora de salud de la mujer en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard. «Las calcificaciones mamarias están altamente correlacionadas con el estado de los factores de riesgo cardiovascular». Los estudios han encontrado que si una mujer tiene calcificaciones en las arterias de sus senos, también posee un 70% de probabilidades de desarrollar calcificaciones en las arterias coronarias.

Comprendiendo las calcificaciones

Las calcificaciones pueden ocurrir dentro de las arterias cuando la placa pegajosa que se acumula en las paredes de los vasos comienza a endurecerse. En otros casos, las células de los vasos sanguíneos funcionan mal y el calcio se acumula en su interior, lo que conduce a la formación de estos depósitos.

Las calcificaciones dentro de las arterias mamarias se vuelven más comunes con la edad. «Solo entre el 10% y el 20% de las mujeres de entre 40 y 50 años poseen calcificaciones en las arterias mamarias. Pero ese número aumenta al 60% o 70% en las mujeres de 80 años», destacó Manson.

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Sin embargo, la edad no es el único factor de riesgo. «No solo hay un gran incremento con la edad y con los factores de riesgo convencionales de enfermedad cardíaca, sino también en aquellas mujeres que están en diálisis por enfermedad renal crónica. Estas mujeres tienden a tener calcificaciones arteriales en la mayor parte del cuerpo, y alrededor del 80% cuenta con calcificaciones en las arterias mamarias».

Un riesgo no reportado

Aunque las calcificaciones arteriales de los senos son una señal conocida de enfermedad cardíaca, es probable que si el radiólogo observa calcificaciones arteriales en tu mamografía, tú no lo sabrás. Si bien los radiólogos suelen reportar otros tipos de calcificaciones que se encuentran en el tejido mamario o en las glándulas, normalmente no notan calcificaciones en las arterias. «Los radiólogos podrían informar, junto con su informe de mamografías regulares, si existen calcificaciones de las arterias mamarias o no», apuntó Manson. También sería posible que el radiólogo especificara si son leves, moderadas o graves.

No obstante, primero es necesario realizar más investigaciones, particularmente estudios que le den seguimiento a grandes grupos de mujeres durante un largo período de tiempo. El objetivo sería determinar cómo las calcificaciones arteriales de los senos afectarían la salud cardíaca de una mujer en el futuro, y qué tan bien el hallazgo de dichas calcificaciones ayudaría a predecir si una mujer desarrollará un problema cardíaco en el futuro, detalló Manson.

¿Cómo reducir tus riesgos cardíacos?

Incluso sin saber si las arterias mamarias contienen depósitos de calcio, las mujeres todavía pueden controlar ampliamente la salud de su corazón a futuro.

«Ya sabemos mucho sobre cómo prevenir las enfermedades cardiovasculares», aseguró Manson. Se estima que el 80% de los ataques cardíacos son potencialmente prevenibles mediante modificaciones en el estilo de vida, lo que incluye aumentar la actividad física, una dieta saludable para el corazón, no fumar, mantener un peso saludable y tener un buen control de la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa.

 

Vía: Harvard Medical School