La bursitis consiste en la hinchazón de la bursa o bolsa sinovial, un saco lleno de líquido que amortigua y protege las articulaciones, así como los tejidos que las forman como huesos, músculos, tendones o piel. Generalmente se presenta en las rodillas o codos. Arrodillarse o apoyar dichas áreas corporales en una superficie dura por mucho tiempo puede desencadenar una bursitis. Asimismo, usar una articulación para hacer el mismo movimiento una y otra vez, puede agregar tensión e incrementar el riesgo de este tipo de inflamación.
Como la bursitis a menudo es causada por movimientos repetitivos, el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de Estados Unidos recomienda amortiguar el impacto en tus articulaciones cuando sea apropiado y tomar descansos frecuentes de las tareas repetitivas que involucran movimiento.
La agencia sugiere las siguientes opciones de tratamiento:
- Descansar y mantener elevada el área lesionada.
- Limitar la actividad que probablemente desencadenó la condición.
- Tomar medicamentos antiinflamatorios.
- Ejercicios suaves de estiramiento y fortalecimiento.
- Poner un aparato ortopédico, férula o banda en el área lesionada.
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Los síntomas de la bursitis incluyen dolor e hinchazón. El doctor puede diagnosticarla mediante un examen físico y otros estudios como rayos X y resonancias magnéticas. También puede tomar muestras de fluidos (líquidos) del área inflamada para descartar una infección.
Usualmente, la bursitis puede tratarse con las recomendaciones antes citadas. Pero si estas no ayudan, el médico puede inyectarte un medicamento localizado, en el área alrededor de la bursa inflamada. Si aún así la bursitis no mejora dentro de los próximos 6 a 12 meses, quizás sea necesaria una cirugía para reparar el daño a los nervios y aliviar la presión sobre la bursa.
Consulta a tu proveedor de atención médica a la brevedad si crees padecer bursitis.
Vía: Health Day News / Medline Plus