La tendinitis de Aquiles es una inflamación del tendón del mismo nombre, el cual conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón. La afección suele desarrollarse debido al estrés repetitivo en el tendón de Aquiles cuando trabajas demasiado tu cuerpo.

Por lo anterior, la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos nos menciona que las causas específicas de la tendinitis de Aquiles incluyen:

  1. Aumento repentino en la cantidad o intensidad del ejercicio.
  2. Músculos de la pantorrilla rígidos o apretados, que pueden poner una mayor tensión en el tendón de Aquiles.
  3. Espuelas óseas, que son crecimientos extra de hueso justo donde el tendón de Aquiles se une al talón. Estas pueden rozar contra el tendón y ocasionar dolor.

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Recuerda que el tendón de Aquiles te permite saltar, caminar, correr y pararte sobre las puntas de tus pies. La actividad física continua e intensa, como correr y saltar, puede dar lugar a inflamación en el citado tendón.

Existen dos tipos de tendinitis de Aquiles: tendinitis insercional de Aquiles y tendinitis no insercional de Aquiles. La primera afecta la porción inferior del tendón donde se une al hueso del talón. La segunda afecta a fibras en la porción media del tendón y tiende a afectar a las personas más jóvenes que realizan actividad física.

Los tratamientos caseros simples (como fomentos de agua caliente y hielo) pueden ayudar a aliviar esta tendinitis. Sin embargo, si el tratamiento en el hogar no funciona, es importante ver a un médico. Si la tendinitis empeora, tu tendón podría romperse. Es posible que necesites medicamentos o cirugía para aliviar el dolor.

 

Vía: Health Day News / Health Line