ciberbullying-2¿Sabías que una combinación de las burlas cara a cara y el acoso cibernético – o «ciberbullying» – puede aumentar en gran medida el riesgo de que las víctimas se conviertan en los agresores mismos? Bueno, si aún no tenías idea, así lo sugiere un estudio reciente conducido por especialistas del Centro Médico Infantil Cohen de Nueva York, EU. Por ello, y sobre todo si tienes hijos, no dejes de poner atención a los siguientes párrafos.

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De acuerdo con Alexandra Hua, autora líder del estudio e investigadora del citado centro, «los estudiantes que son víctimas se hacen más propensos a mostrar comportamientos agresivos hacia los demás […] Este fenómeno puede conducir a un círculo vicioso en el que los agresores crean otros a partir de aquellos a los que victimizan«.

En el estudio, los investigadores analizaron datos sobre estudiantes estadounidenses de entre 10 y 17 años, encontrando que el 43 por ciento de los niños había sufrido acoso cara a cara y el 7 por ciento había sido sometido a algún tipo de acoso cibernético a través de mensajes de texto, redes sociales y otros medios.

Según los resultados, los niños que experimentaron intimidación, ya fuera en persona o en línea, mostraron más propensión a desarrollar comportamientos agresivos, tales como lucha física, hostilidad verbal, daños a la propiedad y coacción de pares (conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad).

No obstante, el riesgo de tales comportamientos fue más de dos veces mayor entre las víctimas que sufrieron los dos tipos de acoso, destacaron los autores.

De los niños que experimentaron ambas formas de acoso, el 38 por ciento mostró un comportamiento agresivo. Esto comparado con el 15 por ciento de los que recibieron «ciberbullying» y el 4 por ciento de los que fueron víctimas únicamente de intimidación cara a cara.

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Los hallazgos fueron presentados el sábado pasado en la reunión anual de las Sociedades Académicas de Pediatría, en Baltimore.

Los resultados son preocupantes, pero no sorprendentes, comentó el doctor Andrew Adesman, otro de los investigadores principales del trabajo.

«Estos comportamientos pueden involucrar medidas a manera de represalia en contra de sus agresores, actuando agresivamente con el fin de defenderse de futuros intentos de intimidación, o peor aún, aprendiendo con el ejemplo y participando en la intimidación de compañeros que antes no estaban involucrados», indicó Adesman, quien es jefe de pediatría conductual y del desarrollo en el Centro Médico Infantil Cohen.

Hua también señaló que con las altas tasas de uso de dispositivos móviles entre los jóvenes, debería haber un mayor enfoque en el acoso cibernético y su daño, especialmente cuando se combina con la intimidación cara a cara.

 

Vía: HealthDay News