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La médula ósea es un tejido blando que se encuentra en el centro de la mayoría de los huesos grandes. Esta produce la mayoría de las células sanguíneas del cuerpo. Una biopsia de médula ósea consiste en extraer una pequeña muestra de dicho tejido para su análisis, así lo indica la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos).

La biopsia se realiza mediante una pequeña aguja que se inserta en el hueso. El tejido de la médula ósea se extrae y luego se envía a un laboratorio para ser examinado con un microscopio. Es posible que te administren una inyección de un anestésico local antes de la biopsia. Esto adormecerá el área para que no sientas ningún dolor.

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¿Por qué podrías necesitar una biopsia de médula ósea?

Por lo general, esta biopsia se realiza si tu proveedor de atención médica cree que tienes un problema para producir células sanguíneas (como glóbulos rojos, etc.). Un especialista llamado patólogo examina muestras de sangre y médula ósea en un laboratorio. El patólogo puede examinar tu médula ósea para detectar cualquiera de las siguientes afecciones:

  • Anemia inexplicable (falta de glóbulos rojos)
  • Números anormales de glóbulos (glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas)
  • Falta de hierro (deficiencia de hierro)
  • Cánceres del tejido hematopoyético (leucemia o linfoma)
  • Cánceres que se han diseminado hacia la médula ósea
  • Respuesta a la quimioterapia

Puede haber otras razones para que tu proveedor de atención médica recomiende una biopsia de médula ósea. Por ello, no dudes en preguntarle cualquier duda que tengas respecto a este procedimiento.

 

Vía: Johns Hopkins Medicine