Los investigadores han identificado varios factores ambientales que podrían desempeñar un papel en el desarrollo del autismo. Estos incluyen:

  1. Infecciones bacterianas y virales durante el embarazo.
  2. Autoinmunidad materna.
  3. Uso de ciertos medicamentos durante el embarazo (por ejemplo, ácido valproico, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina).
  4. Tóxicos ambientales, incluida la contaminación del aire, metales pesados y pesticidas.
  5. Obesidad materna o diabetes.
  6. Mayor edad de los padres al momento de la concepción.
  7. Parto extremadamente prematuro y bajo peso al nacer

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Es importante mencionar que algunos estudios sobre estos factores obtuvieron resultados algo confusos.

Por ejemplo, un estudio previo realizado en Dinamarca en 2010 no encontró asociación entre la infección materna y el diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) cuando se analizó el período total del embarazo.

No obstante, los investigadores hallaron una asociación entre el diagnóstico de TEA y las mujeres embarazadas que ingresaron al hospital por infecciones virales durante el primer trimestre y las mujeres embarazadas que tuvieron infecciones bacterianas durante el segundo trimestre.

De forma similar, un estudio del 2012 encontró «poca evidencia» de una asociación entre el TEA y enfermedades infecciosas comunes o fiebres durante el embarazo. Sin embargo, sí halló un mayor riesgo de diagnóstico de TEA si uno de los padres tenía influenza (gripe) o fiebre prolongada durante el embarazo.

Por lo tanto, se requiere más investigación para comprender mejor el papel que podrían desempeñar los factores ambientales en el desarrollo del autismo.

 

Fuente: Medical News Today