Los niños con autismo pueden no alcanzar los mismos acontecimientos importantes de desarrollo que sus pares que no padecen el trastorno, o pueden demostrar una pérdida de habilidades sociales o de lenguaje previamente desarrolladas.

Por ejemplo, un niño de 2 años sin autismo puede mostrar interés en juegos simples de fantasía. Un niño de 4 años sin autismo puede disfrutar el participar en actividades con otros niños. Un niño con autismo puede tener problemas para interactuar con los demás o no gustarle por completo.

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Los niños con algún trastorno del espectro autista también pueden participar en comportamientos repetitivos, tener dificultad para dormir o comer compulsivamente artículos que no son alimentos. Puede que les resulte difícil prosperar sin un entorno estructurado o si carecen de una rutina constante.

Con base en lo anterior, si tu hijo(a) tiene autismo, es posible que debas trabajar en estrecha colaboración con sus maestros para asegurarte de que tenga éxito en el aula.

Existen muchos recursos disponibles para ayudar a los niños con autismo, así como a sus seres queridos. Se pueden encontrar grupos de apoyo locales a través de organizaciones nacionales e internacionales sin fines de lucro, como la Autism Society of America.

 

Fuente: Healthline