El asma es una afección pulmonar crónica que a menudo es hereditaria. Si bien es posible desarrollar asma a cualquier edad, los hijos de madres y/o padres asmáticos poseen un mayor riesgo de padecerla cuando son más pequeños.

Cabe señalar que aunque existen fuertes vínculos entre el asma y la genética, no todas las personas con antecedentes familiares desarrollarán esta compleja enfermedad. También es posible experimentar una remisión de los síntomas. Y otros desarrollarán asma más adelante en la vida sin que hayan tenido antecedentes familiares.

La clave para el manejo del asma es tomar los medicamentos recomendados y, al mismo tiempo, evitar cualquier desencadenante conocido tanto como sea posible.

Con base en lo anterior y sabiendo que no puedes cambiar tus genes, todavía existen maneras mediante las cuales puedes controlar tu asma, y ​​tal vez incluso reducir tu riesgo de desarrollarla en la edad adulta.

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Qué saber sobre el asma y la genética

La predisposición genética es uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar asma.

Aunque nadie nace con asma per se, es posible que nazcas con genes que dictarán si la contraerás cuando seas un bebé o un niño pequeño.

De hecho, se estima que los niños tienen hasta 3 veces más probabilidades de desarrollar asma si sus madres la padecen, y 2.5 veces más probabilidades si sus padres la tienen.

Sin embargo, no hay garantía de que una disposición genética signifique automáticamente que padecerás asma.

Un estudio que evaluó gemelos con asma descubrió que el 66 por ciento de los casos estaban relacionados con factores ambientales, mientras que el otro 34 por ciento fueron casos genéticos. Otra revisión del 2019 encontró que el riesgo de que los gemelos desarrollen asma debido a sus genes varía entre el 55 y el 90 por ciento.

Una investigación más respaldó el hecho de que, si bien un hermano puede contraer asma de sus padres, es posible que los otros hermanos no lo hagan.

Debido al hecho de que el asma es una de las principales enfermedades crónicas en el mundo, los científicos continúan expandiendo su trabajo en diferentes aspectos de la genética. Por ello, la investigación clínica futura buscará ir más allá de las familias individuales y analizará específicamente la ascendencia.

RECUERDA: Sin importar si la causa de tu asma es genética o no, es importante que realices un seguimiento de tus síntomas y hables con tu médico si no notas ninguna mejoría pese a recibir tratamiento.

 

Vía: Healthline