En días recientes, hemos escuchado acerca del arsénico y su presencia en ciertos productos. Si bien parece un tema nuevo, por años se han detectado altos niveles de esta sustancia en leches para bebés y arroces. Estos hallazgos generan todo tipo de dudas, como qué tan común es la contaminación o qué pasa en el cuerpo si se consume.

Te invitamos a seguir leyendo para conocer los riesgos más comunes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al arsénico como “un elemento natural de la corteza terrestre; ampliamente distribuido en todo el medio ambiente, […] presente en el aire, el agua y la tierra”. Por ello, es posible encontrarlo en ciertos alimentos como mariscos, aves, granos, cereales y productos lácteos —en pequeñas cantidades—.

Riesgos

La exposición prolongada, especialmente si se consume en agua contaminada, en alimentos preparados con dicha agua o en vegetales expuestos a ésta, puede causar intoxicación crónica. Los efectos más característicos son la aparición de lesiones cutáneas y cáncer de piel. Otros síntomas son:

  1. Dolor de garganta.
  2. Irritación de los pulmones.
  3. Náusea y vómitos.
  4. Menor número de glóbulos rojos y blancos.
  5. Ritmo cardíaco anormal.
  6. Fragilidad capilar.
  7. Sensación de hormigueo en manos y pies.

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Las mujeres embarazadas son especialmente sensibles y la exposición, aún en niveles bajos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS).

Al ser un elemento que no tiene olor, color ni sabor, es imposible detectarlo. Sin embargo, existen regulaciones para evitar que los alimentos a la venta lo contengan.

En todo caso, si piensas que has consumido arsénico, en cualquier cantidad, es importante que visites a un médico y te realices un chequeo completo.

 

Vía: Hola Doctor