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Fuente: Yale News

¿Te has preguntado qué tanto influye la publicidad de alimentos en nuestra conducta alimenticia? Dime qué ves y te diré qué comes, o al menos así lo sugiere un nuevo meta-análisis de 45 estudios realizado por investigadores de la Universidad de Yale en Estados Unidos. Según los autores, los resultados buscan reavivar los esfuerzos para restringir la publicidad de la industria alimentaria, especialmente en el público infantil.

«Hasta 26% de variación en la conducta alimenticia o en el peso final resultante tiene que ver con las ansias y otras respuestas hacia señales de los alimentos, especialmente señales visuales de estos», dijo Hedy Kober, profesor de psiquiatría y psicología y co-autor del artículo, que fue publicado en línea en la revista Obesity Reviews. «La evidencia es indiscutible. Y si los anuncios de comida son tan poderosos, ¿realmente queremos que estos se transmitan durante las caricaturas del domingo por la mañana?».

Ha habido un largo debate sobre la magnitud del efecto de la publicidad en la conducta alimenticia, destacó Kober. Algunos estudios han sugerido que el efecto era menor, mientras que otros mostraron que estas señales de alimentos generan un impacto importante en la alimentación y en la eventual ganancia de peso.

Para evaluar la magnitud del efecto a lo largo de todos los estudios de campo, Kober y la estudiante Rebecca G. Boswell analizaron 69 estadísticas que representaron a 3,292 participantes de dichos estudios. Con ello, reportaron un efecto significativo de la exposición a señales de comida y a las ansias por comer, tanto en la conducta alimenticia como en la ganancia de peso, incluso con la inclusión de estudios que habían mostrado poco o ningún impacto de estas señales. La exposición a señales de alimentos, como son los anuncios de comida, incrementó la acción de comer y la ganancia de peso tanto en niños como en adultos, así fueran personas que seguían o no una dieta, y que estuvieran delgadas o con sobrepeso.

Este trabajo demuestra que la publicidad ejerce un enorme poder en la mente humana, lo que la lleva a desear – en el caso de los alimentos – comerlos o hacerlo en mayor cantidad, pese a que carezcan de un valor nutricional. Por lo anterior, es sustancial adherirse a un plan alimenticio adecuado, que incluye el plato del buen comer (comida balanceada y en pequeñas porciones) además de hacer ejercicio regularmente. Adicional a esto, debemos siempre leer las etiquetas de los productos que pensamos comprar y por ende consumir, para conocer su contenido nutrimental y valorar si realmente debemos o no llevarlos a nuestra mesa.

 

Vía: Universidad de Yale