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¿Sabías que el tiempo que pasamos con nuestros amigos durante la niñez tiene un vínculo con la salud física en la edad adulta? Según datos de un estudio realizado en hombres a lo largo de varias décadas y publicado en la revista Psychological Science, los hombres que pasaron más tiempo con amigos cuando eran niños tendieron a tener una presión arterial más baja y un IMC (índice de masa corporal) más bajo cuando alcanzaron los 30 años.

«Estos hallazgos sugieren que nuestra vida social temprana puede tener una pequeña influencia protectora en nuestra salud física durante la edad adulta, y no son sólo nuestros cuidadores o las circunstancias financieras, sino también nuestros amigos los que pueden proteger nuestra salud», señaló Jenny Cundiff, de la Universidad Tecnológica de Texas y autora del trabajo.

El hecho de que la asociación fue evidente durante un lapso de 16 años y no fue explicada por varios otros factores potenciales brinda mucha confianza en los resultados.

«Aunque esto no fue un experimento, fue un estudio longitudinal bien controlado en una muestra racialmente diversa, por lo que brinda una fuerte pista de que la integración social temprana en la vida es buena para nuestra salud, independientemente de una serie de otros factores tales como la personalidad, el peso durante la niñez y el estado social de la familia durante esta etapa», explica.

En muchos estudios previos, los investigadores hallaron una asociación entre el bienestar social de los adultos, incluidas sus relaciones cercanas y fuentes de apoyo social, y los resultados relacionados con la salud, incluidos los factores de riesgo cardiovascular. Cundiff y su coautora Karen Matthews, de la Universidad de Pittsburgh, se preguntaron si este vínculo podría ser evidente mucho antes en la vida, específicamente en la niñez y la adolescencia.

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Para averiguarlo, las investigadoras y su equipo examinaron datos del Pittsburgh Youth Study, un estudio que dio seguimiento a grandes grupos de niños que fueron reclutados inicialmente para participar como estudiantes en las escuelas públicas de Pittsburgh. En concreto, examinaron datos de 267 individuos en el grupo más joven, la mayoría de los cuales eran afroamericanos (alrededor del 56%) o blancos (alrededor del 41%).

Los padres de los participantes informaron cuánto tiempo pasaron sus hijos con sus amigos durante una semana normal, comenzando cuando los niños tenían alrededor de 6 años y hasta los 16 años. El estudio también incluyó datos sobre varias características individuales (por ejemplo, extroversión y hostilidad en la niñez, salud física en la niñez y en la edad adulta) y factores familiares y ambientales (p. ej., nivel socioeconómico en la niñez, integración social en la edad adulta).

Los análisis revelaron que los niños que pasaban más tiempo con sus amigos en la infancia y la adolescencia, según lo informado por sus padres, tenían una presión arterial y un índice de masa corporal más saludables a los 32 años. La asociación se mantuvo incluso después de que Cundiff y Matthews tomaran en cuenta otras posibles influencias, incluyendo la salud durante la infancia y la integración social en la edad adulta.

Las expertas enfatizan que deben realizarse más investigaciones que arrojen luz sobre las vías que vinculan las relaciones tempranas entre individuos con la salud física décadas más tarde, y que sus resultados proporcionan una base para que los padres ayuden a sus hijos varones a relacionarse y crear lazos desde temprana edad, resaltándoles la importancia de la amistad en todos sus aspectos, pues además de ayudar a la salud mental, está comprobado que también ayuda a proteger la salud física.

Como dijera el psicólogo Irwin G. Sarason: «Los buenos amigos son buenos para tu salud», así que a fortalecer y mantener esas buenas amistades para toda la vida.

 

Vía: Association for Psychological Science