Los alimentos procesados se caracterizan por estar adicionados con grasas, aceites, azúcares, sal y otros ingredientes que resultan perjudiciales para la salud integral.

Como su nombre indica, se trata de alimentos que han pasado por un extenso proceso de elaboración, en el cual han perdido los nutrientes que podrían llegar a tener, dejando en su lugar un conjunto de sustancias que no son nada benéficas para la salud.

Algunos de los alimentos procesados más populares son:

-Papas fritas.

-Refrescos.

-Salchichas.

-Hamburguesas.

-Cereales azucarados.

-Pan.

-Galletas.

-Mantequilla.

El consumo de esta clase de alimentos es sumamente desaprobado por los expertos y las instituciones de salud, pues han sido relacionados por múltiples estudios con el desarrollo de sobrepeso, obesidad, diabetes y la enfermedad inflamatoria intestinal.

Ahora, una reciente investigación estadounidense encontró que algunas de las sustancias añadidas que se encuentran presentes en la gran mayoría de los alimentos procesados (los cuales se utilizan principalmente para extender la vida de estos alimentos y mejorar su textura) podrían tener serios efectos secundarios en la flora intestinal de las personas, ocasionando importantes problemas de salud.

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La flora intestinal -también conocida como microbiota- son los millones de bacterias que habitan en nuestro estómago (hay ‘buenas’ y ‘malas’).

El consumo frecuente de estos alimentos puede alimentar de manera selectiva a las bacterias ‘malas’ de la flora intestinal, provocando serias enfermedades estomacales e incluso la muerte, advirtió Robert Britton, autor del estudio y microbiólogo de la Facultad de Medicina de Baylor, en Estados Unidos.

“Esta investigación demuestra que las personas deberían considerar el impacto de las sustancias añadidas a los alimentos. Nuestras bacterias intestinales son bombardeadas con cosas que jamás hemos comido o que nunca hemos consumido en las cantidades que lo hacemos ahora”, expuso.

Para reducir este riesgo, el especialista recomendó controlar de forma inteligente con qué productos alimentamos a nuestra flora intestinal.

La mejor opción es consumir la mayor cantidad de fibra soluble posible, de preferencia con alimentos como nueces, legumbres y vegetales. Además, limitar al máximo el consumo de alimentos procesados.

 

Vía: The New York Times