Las vitaminas son sustancias que ayudan al cuerpo a crecer y desarrollarse en forma normal. La vitamina K ayuda al cuerpo a construir huesos y tejidos saludables a través de las proteínas. También produce proteínas que ayudan a coagular la sangre.

Los recién nacidos tienen muy poca vitamina K, razón por la que reciben una vacuna de vitamina K poco después de nacer.

Fuentes alimenticias

La mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitamina K es consumiendo fuentes alimenticias. La vitamina K se encuentra en los siguientes alimentos:

  1. Hortalizas de hoja verde, como la col, la espinaca, las hojas de nabos, la col rizada, la acelga, las hojas de mostaza, el perejil, la lechuga romana y la lechuga de hoja verde.
  2. Verduras como las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor y el repollo.
  3. El pescado, el hígado, la carne de res, los huevos y cereales —contienen cantidades más pequeñas—.

La mayoría de las personas consume vitamina K a través de las verduras de hojas y las bayas de color oscuro. Las bacterias presentes en el intestino también producen pequeñas cantidades de vitamina K.

Conoce más: Vitamina K, ¿para qué sirve y en qué alimentos encontrarla?

Efectos secundarios

La deficiencia de vitamina K es muy rara. Se presenta cuando el cuerpo no puede absorberla apropiadamente desde el tracto intestinal. La deficiencia de esta vitamina también se puede presentar después de un tratamiento prolongado con antibióticos.

Las personas que padecen deficiencia de vitamina K a menudo son más propensas a presentar hematomas y sangrado.

Si tienes dudas, acércate a un profesional de la salud. Recuerda preguntarle si necesitas monitorear tu ingesta de alimentos que contengan vitamina K y también cuánto puedes comer.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos