Se cree que la piña posee efectos positivos en la digestión. Esto podría deberse a la fibra y las enzimas digestivas que contiene.
En un estudio de laboratorio, el jugo de piña, obtenido a partir de tallos y cáscaras, mejoró la función prebiótica en un tracto gastrointestinal (GI) humano simulado. Al favorecer la función de los prebióticos, el jugo de piña también se asoció con un aumento de probióticos (o «bacterias beneficiosas») en el tracto gastrointestinal, lo que puede mejorar la digestión y la salud intestinal.
Una investigación en ratones reveló un posible efecto equilibrante de la piña en el microbioma intestinal. Los resultados positivos se atribuyeron a las enzimas digestivas presentes en la bromelina.
Aunque los estudios de laboratorio y en animales son relativamente útiles, la investigación en humanos sobre los efectos de la piña y la bromelina en la digestión sigue siendo necesaria.
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Sumado a ello, la bromelina se ha utilizado para el dolor en diversas formas de medicina integrativa. Existe evidencia de que la bromelina reduce la inflamación y aumenta la circulación en la zona afectada, lo que resulta en menos dolor. Se cree que actúa sobre la bradicinina, un mediador del dolor.
Investigaciones adicionales han descubierto que la bromelina puede desempeñar un papel en el manejo del dolor en ciertas afecciones, como la osteoartritis, la neuropatía (dolor nervioso) y las lesiones deportivas.
La bromelina también puede ser útil para el dolor y la inflamación causados por la cirugía. Diversos estudios sugieren que la bromelina reduce la hinchazón posoperatoria y, por lo tanto, el dolor.
En general, se requieren más estudios a gran escala en este campo para determinar con más detalle cómo la bromelina puede mejorar diversos tipos de dolor.
Fuente: Very Well Health