Consumir bocadillos bajos en calorías durante el día junto con comidas más pequeñas es una buena manera de controlar el hambre, así lo señala Michigan Medicine, en Estados Unidos.

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Por ello, es importante que planifiques tus refrigerios como parte de tus calorías totales del día y evites comer calorías no planificadas. Aquí te dejamos algunos consejos para lograrlo:

  1. Trata de no probar la comida mientras cocinas.
  2. No comas bocadillos no planeados. Cuando tengas la tentación de comer algún bocadillo en momentos que no habías previsto, sustituye el antojo por un vaso de agua con una o dos rodajas limón, y botanea con apio o zanahoria como bocadillos. Evita las bebidas endulzadas como refrescos, bebidas especiales de café, bebidas energéticas y jugos, ya que estas añaden muchas calorías.
  3. Intenta realizar una actividad diferente. Cuando sientas la necesidad de consumir un refrigerio no planeado, intenta realizar una actividad que no implique comer, como tomar un baño, leer un libro o realizar alguna actividad manual.
  4. Haz de la cena lo último que comas hasta el desayuno.
  5. Utiliza el control de las porciones. Mide una porción de un bocadillo en un tazón para que no tengas la tentación de seguir metiendo la mano en la caja o bolsa que contiene el producto.

Si tienes más dudas sobre cómo planear tus refrigerios, consulta a tu médico y aun especialista en nutrición.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan Health