La adrenalina es esencial cuando se toma la decisión de llevar una vida activa, pues funciona como incentivo. Sin embargo, esa emoción tan fuerte podría llevarnos al cansancio, al grado de tener que interrumpir los entrenamientos o las carreras que tanto empeño requirieron.

En este sentido, comenzar con toda la energía podría dar lugar a la quema de todas tus reservas energéticas. Esto no es malo, siempre y cuando no ocurra al inicio. Ante ello, lo ideal es guardar el ímpetu para el final, lo que da más seguridad, según Mike Mckeeman, entrenador en Mammoth Lakes, en California.

Aprender a controlar tu ritmo es algo esencial e importante, sin importar si se trata de un plan de entrenamiento específico o una distancia —si hablamos de una carrera—, pues ayuda a reducir el riesgo de lesiones, incrementa tu resistencia y te mantiene seguro.

Sigue estas recomendaciones y guarda lo mejor de ti para el final.

1. Inicio. Comienza con ejercicios fáciles, de modo que puedas arrancar lento e ir aumentando considerablemente.

2. Mantén el ritmo. “Debes ser capaz de hablar sin dificultad “, explica McKeeman.

3. Cambia en el momento necesario. Ve poco a poco y cambia de ejercicio conforme tu cuerpo lo requiera.

4. Acelera. Si estás corriendo, mantén el ritmo durante la primera parte, para cerrar a toda velocidad.

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Alimentación

Recuerda que llevar una buena nutrición es importante para mantener la energía a tope. Esto te permitirá rendir más durante tus entrenamientos y evitar el cansancio prematuro. Existen cinco reglas clave para elegir tu alimentación antes del ejercicio. ¡Presta atención!

1. Baja en grasa. La grasa tarda más en digerirse, por lo que puede provocar fatiga.
2. Con carbohidratos de lenta absorción.
3. Moderada en proteínas.
4. Suficiente líquido.
5. Alimentos bien tolerados —evita todo aquello que en tu experiencia te cae pesado—.

 

Vía: Runner’s World