Si tu hijo adolescente parece no tener interés en la escuela, te gustará saber que una nueva investigación, publicada en la revista Journal of Educational Psychology, sugiere que es muy probable que las cosas mejoren con el tiempo.

«Nuestros resultados apuntan a una imagen más esperanzadora para los estudiantes que comienzan con niveles más bajos de motivación», destacó Kui Xie, profesor de estudios educativos en la Universidad Estatal de Ohio, en Columbus, y autor principal del estudio.

La investigación incluyó a 1,670 estudiantes de 11 escuelas secundarias públicas en el centro y noreste de Ohio, a quienes se les dio seguimiento durante dos años. Todos cursaban del 9.º al 11.º grado al comienzo del estudio.

En general, la motivación de los estudiantes para aprender mejoró durante el período de estudio. Por ejemplo, el porcentaje de estudiantes que se automotivó para aprender pasó del 8% durante el primer año a más del 11% durante el segundo año.

Mientras tanto, el porcentaje de estudiantes que no tenían motivación para tener un buen desempeño en la escuela cayó de casi el 3% durante el primer año a casi el 2% durante el segundo año, reveló el estudio.

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Una de las razones por las que hubo un cambio positivo general en términos de motivación «podría ser simplemente que se volvieron un año mayores y más maduros en su desarrollo», apuntó Xie.

Otros dos factores asociados con niveles más altos de motivación incluyeron el logro académico previo y lo que los investigadores llamaron «pertenencia a la escuela».

«Esta puede ser un área en la que podemos ayudar a los estudiantes a estar más motivados. La pertenencia es algo que las escuelas pueden cambiar. Pueden encontrar formas de ayudar a los estudiantes a sentirse parte de la comunidad escolar», aseguró Xie.

Este y un estudio previo realizado por el mismo equipo de investigadores sugieren que las escuelas deberían evaluar de manera rutinaria la motivación de los estudiantes, a fin de identificar a los que están en mayor riesgo de abandonar la escuela o de tener un rendimiento inferior.

Las escuelas pueden crear programas de intervención personalizados que se dirijan a los estudiantes en función de su perfil motivacional, subrayó Xie.

«Necesitamos adaptar las estrategias de motivación a perfiles específicos. No existe una estrategia universal que funcione para todos los grupos», concluyó Xie.

 

Vía: Health Day News