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Vistos desde el exterior, los comportamientos repetitivos o rituales que llevan a cabo las personas con trastorno obsesivo compulsivo (TOC) pueden parecer adicciones. Tanto la compulsión como la adicción crean impulsos poderosos que son difíciles de resistir. Si alguien no puede participar en ellos, puede sentir ansiedad o angustia.

No obstante, las compulsiones y las adicciones no son lo mismo.

Las compulsiones son acciones que una persona siente que debe realizar para evitar sentimientos negativos, como el miedo o la ansiedad. Las personas con compulsiones pueden sentir que si no las llevan a cabo, sucederán cosas malas.

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Asimismo, las compulsiones pueden ser comportamientos neutrales, como contar o tocar. Incluso pueden ser comportamientos desagradables, como lavarse las manos en exceso, lo que conduce a tener una piel seca y agrietada.

Por el contrario, la adicción involucra el uso de sustancias o la práctica de comportamientos que ofrecen una recompensa. Estos pueden proporcionar placer, emoción o una sensación de escape de la realidad. Aunque las adicciones pueden ser dañinas en general, la actividad en sí es agradable, aunque solo sea temporalmente.

Entonces, aunque la adicción es compulsiva debido a que es difícil detenerla, las compulsiones usualmente no son adicciones.

 

Fuente: Medical News Today