Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar una adicción:

1. Antecedentes familiares: los genes de una persona desempeñan un papel clave en la adicción y podrían representar entre el 40 y el 60 por ciento del riesgo de desarrollar una. Los investigadores están explorando la relación entre la genética y la adicción.

2. Vida familiar: Un ambiente hogareño saludable durante la infancia es esencial para reducir el riesgo de adicción en el futuro. Estar rodeado de figuras de autoridad y familiares que consumen sustancias puede aumentar la probabilidad de desarrollar un trastorno por consumo de sustancias en el futuro.

3. Compañeros y vida escolar: Las crecientes influencias de amigos y compañeros a lo largo de la adolescencia de una persona pueden tener un impacto significativo sobre si consume o no sustancias adictivas.

Muchas personas sin otros factores de riesgo prueban tales sustancias por primera vez para conectarse con un grupo de pares. Los niños y adolescentes que tienen dificultades con las tareas escolares o se sienten excluidos socialmente pueden enfrentar un mayor riesgo de probarlas y desarrollar un trastorno por uso de las mismas.

4. La edad a la que una persona consume sustancias por primera vez: cuanto antes una persona toma una sustancia que altera el estado de ánimo, más probabilidades hay de que desarrolle un trastorno por abuso de sustancias.

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5. El método de administración: la forma en la que una persona consume una sustancia puede afectar el desarrollo de una adicción. Fumar e inyectarse sustancias significa que el cerebro registra su efecto en segundos, pero también pierde la emoción rápidamente.

Tales cambios rápidos en las sensaciones pueden llevar a las personas a repetir el consumo para recuperar el estado de euforia que experimentaron previamente.

6. La naturaleza de la sustancia: algunos de estos estupefacientes como la nicotina, el crack o la heroína, contienen compuestos específicos o activan receptores en el cuerpo que desencadenan respuestas adictivas. Para algunas personas, probar una sustancia sólo una vez puede ser suficiente para iniciar un patrón de conducta que puede resultar en adicción.

7. Estrés: los niveles elevados de estrés pueden aumentar el riesgo de que una persona recurra a una sustancia, como el alcohol o la marihuana, para reducirlo.

8. Metabolismo: La forma en la que una persona absorbe y procesa los compuestos puede determinar el efecto que tendrá una sustancia en su organismo y la sensación que provoca. Por ejemplo, las variaciones en el metabolismo pueden provocar que la duración del efecto de un fármaco dure períodos más largos o más cortos.

Esto puede conducir a tolerancia, lo que puede resultar en que la persona necesite usar una dosis más alta o una dosis más frecuente de un medicamento en particular para lograr los mismos efectos. Lo anterior aumenta el riesgo de adicción.

 

Fuente: Medical News Today