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Si la edad ha comenzado a pasarte factura y buscas una manera de mantenerte mentalmente ágil y físicamente fuerte, entonces empieza a limpiar los pisos de tu hogar.

Mediante un nuevo estudio publicado en la revista ​​BMJ Open, investigadores de Singapur descubrieron que las tareas del hogar pueden ser la clave para mantener el cerebro en forma a medida que envejeces.

El trabajo demostró que en los adultos mayores, limpiar la casa estaba ligado a una mejor memoria y capacidad de atención, así como a tener piernas más fuertes, lo que ayuda a prevenir caídas.

«Los mensajes de promoción de la salud sobre mantenerse activo no deben ser solo sobre actividades físicas recreativas o no ocupacionales», destacó Shiou-Liang Wee, profesor asociado de ciencias sociales y de la salud en el Instituto de Tecnología de Singapur y coautor del estudio.

«Los quehaceres domésticos son una actividad intencionada realizada por muchos adultos mayores» y representa una parte significativa de la actividad física de moderada a vigorosa que ellos mismos reportan a sus médicos, señaló el experto. Como tal, es un complemento clave para la actividad física recreativa.

Los investigadores dijeron que su estudio no prueba que las tareas domésticas provoquen un pensamiento más agudo o un mejor equilibrio, solo que parece haber un vínculo. Para llevarlo a cabo, el equipo de Wee analizó a casi 500 personas sanas de entre 21 y 90 años de edad.

Los investigadores utilizaron la acción de caminar y la capacidad de levantarse de una silla como indicadores de la capacidad física. También usaron pruebas de memoria, lenguaje, capacidad de atención y capacidad visuoespacial breve y tardía para medir la capacidad mental. (La habilidad viso espacial es clave para la percepción de profundidad y moverse sin chocar con objetos).

También se les preguntó a los participantes sobre las tareas domésticas que realizaban y sobre otros tipos de actividad física.

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Para el equipo de Wee, las tareas domésticas ligeras incluyeron lavar platos, quitar polvo, hacer la cama, tender la ropa, planchar, ordenar y cocinar. Las tareas domésticas pesadas incluyeron limpiar ventanas, cambiar la cama, pasar la aspiradora, trapear y tareas que implicaban serrar, pintar y reparar.

Entre los participantes más jóvenes, el 36% dijo llevar a cabo suficiente actividad física para alcanzar el objetivo que los investigadores establecieron como beneficioso, al igual que el 48% de los participantes mayores.

Pero el 61% de los participantes más jóvenes y el 66% de los mayores cumplieron con este objetivo exclusivamente a través de las tareas del hogar, reveló el estudio.

Después de tomar en cuenta otros tipos de actividad física regular, los investigadores encontraron que las tareas domésticas agudizaron las habilidades mentales y mejoraron la capacidad física, pero solo entre los participantes mayores.

Los puntajes en las pruebas de capacidad mental fueron hasta un 8% más elevados entre los que hacían muchas tareas domésticas, en comparación con los que hacían pocas, descubrió el equipo de Lee. Las tareas del hogar también se relacionaron con puntajes de atención más altos.

Y en los participantes mayores, el equilibrio y el tiempo que les llevó levantarse después de estar sentados fue mejor para quienes realizaban muchas tareas domésticas, en comparación con los que no las hacían.

«Las tareas del hogar son físicas, pero también requieren procesos de pensamiento detallados para completarlas. Son tareas que implican planificar. Tienes que usar dispositivos, así como ciertos equipos. Entonces, hay planificación involucrada, por lo que también hay ejercicio cognitivo junto con el ejercicio físico», destacó la doctora Maria Torroella Carney, jefa de medicina geriátrica y paliativa de Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York, quien opinó sobre los hallazgos de la investigación.

Con base en lo anterior, la especialista aconseja mantenernos activos.

«Nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio, lo sabemos por otros estudios, no solo por este, pues nunca es demasiado tarde», agregó Torroella Carney.

 

Fuente: Health Day News