Las empresas que fabrican rodilleras afirman que sus productos funcionan bien. Sin embargo, varios estudios científicos no coinciden completamente con esta afirmación. Algunos médicos temen que las rodilleras en realidad puedan aumentar el número de lesiones de rodilla en los atletas en lugar de prevenirlas, pero muchas personas que las utilizan sienten que realmente les ayudan.
Las rodilleras son la parte menos importante de la prevención de lesiones de rodilla o de la curación después de una lesión. Tener buena fuerza y flexibilidad es mucho más importante. Por ello, debes concentrarte en estirar los músculos alrededor de la rodilla, fortalecer la pierna y mejorar tus técnicas.
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Lo recomendable es realizar cambios en la intensidad de tu actividad o ejecutar los horarios de entrenamiento poco a poco, para limitar el estrés sobre la rodilla. Elabora un plan de ejercicios con tu médico para que diseñen uno que se adapte a tus necesidades. Las rodilleras ayudan a algunas personas más que a otras. Puedes usar una si sientes que te protege y te brinda soporte, pero no dejes que un aparato ortopédico se convierta en una “muleta”.
Los investigadores están tratando de obtener más información respecto a qué tan bien funcionan realmente las rodilleras y cuándo es mejor utilizarlas. Recuerda, tu médico debe determinar si requieres un aparato ortopédico.
