Si bien la natación es una excelente actividad física, debes considerar que nadar tiene sus riesgos, especialmente cuando la practican los niños pequeños. Si tu hijo va a comenzar con este ejercicio, sigue estos consejos de la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) para prevenir accidentes.

  1. ​Nunca lo dejes solo en el agua o cerca de donde haya agua. La atenta supervisión por parte de un adulto responsable es la mejor forma de prevenir accidentes.
  2. Instala una cerca de al menos 4 pies (1,2 m) de altura alrededor de la piscina. Revisa que la cerca no tenga huecos/espacios o protuberancias que un niño pequeño pueda usar para subirse, pasar a través o por debajo de la cerca.
  3. Cerciórate de que las puertas de entrada a la piscina abran hacia afuera y que el pestillo se cierre automáticamente a una altura que no puedan alcanzar los niños. Considera instalar una alarma de alerta para cuando alguien abra la puerta o el uso de alarmas de ondas/de oleaje o subacuáticas como medida de protección adicional.
  4. Mantén equipo de rescate y un teléfono portátil cerca de la piscina. Elige un gancho de piscina tipo pastor y otro equipo de rescate hecho de fibra de vidrio u otros materiales que no conduzcan la electricidad.
  5. Evita los auxiliares para nadar —como flotadores—. Toma en cuenta que no son un sustituto de los chalecos salvavidas y producen una falsa seguridad en los niños y en los padres.

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¡Nada con tus pequeños!

La natación es una excelente actividad para chicos y grandes. Nadar con tus pequeños puede traerte muchos beneficios, como:

  • Quema calorías. Esto puede ayudarte a perder peso o permanecer en un rango saludable. Considera que tener sobrepeso es un factor de riesgo mayor para la enfermedad cardíaca.
  • Disminuye la presión arterial. Nadar durante 30 a 60 minutos varios días a la semana puede ayudar a bajar la presión arterial. Recuerda que la hipertensión arterial es otro importante factor de riesgo para la enfermedad cardíaca.
  • Reduce el estrés. El ejercicio, en general, es un eliminador del estrés. Si bien los especialistas en salud no están seguros de si el estrés desempeña un papel directo en la enfermedad del corazón, es un hecho que puede contribuir a otros factores de riesgo.
  • Reduce el colesterol. La natación —y otros ejercicios aeróbicos— puede disminuir el LDL (nivel de colesterol «malo»). Toma en cuenta que un nivel alto de LDL es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardíaca.

¡Actívate en familia! Comienza poco a poco hasta alcanzar el nivel que deseas. No olvides supervisar a tus pequeños.

 

Fuente: Healthy Children