Antes de subirte a una elíptica o de que salgas a correr, considera realizar primero un breve calentamiento. Y piensa en finalizar tu entrenamiento con una rápida sesión de enfriamiento. Por supuesto, el calentamiento y el enfriamiento pueden agregar algunos minutos a tu rutina de ejercicios, pero también pueden reducir el estrés en tu corazón y otros músculos.

Los calentamientos y enfriamientos generalmente implican realizar tu actividad física rutinaria a un ritmo más lento y con menor intensidad.

Comienza realizando los patrones de actividad y movimiento del ejercicio que elegiste, pero a un ritmo lento y pausado que incremente gradualmente en velocidad e intensidad. A esto se le llama calentamiento dinámico. Un calentamiento puede producir sudoración leve, pero generalmente no te dejará fatigado(a).

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A continuación te mencionamos algunos ejemplos de actividades de calentamiento:

  • Para calentar para una caminata rápida, camina lentamente durante cinco a 10 minutos.
  • Para calentar para una carrera, camina rápidamente durante cinco a 10 minutos.
  • Para calentar para nadar, nada lentamente al principio y luego acelera el ritmo tanto como puedas.

El enfriamiento es similar al calentamiento. Por lo general, implica continuar tu sesión de entrenamiento durante unos cinco minutos, pero a un ritmo más lento y con menor intensidad.

Aquí te dejamos algunos ejemplos de actividades de enfriamiento:

  • Para enriarte después de una caminata rápida, camina lentamente durante cinco a 10 minutos.
  • Para enfriarte después de una carrera, camina rápidamente durante cinco a 10 minutos.
  • Para enfriarte después de nadar, nada distancias largas sin prisa durante cinco a 10 minutos.

Si los ejercicios de estiramiento son parte de tu rutina de ejercicios, es mejor hacerlos después de la fase de calentamiento o enfriamiento, cuando tus músculos ya están calientes.

 

Fuente: Mayo Clinic