Cuando nadas, el oxígeno que utilizas para hacerlo activa tu cerebro y libera toxinas. De hecho, al concentrarte en la respiración, tu cuerpo se relaja y se reduce la sensación de estrés. No obstante, este tipo de ejercicio debe realizarse con cierta cautela, sobre todo si se trata de niños.
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Los siguientes consejos para nadar con seguridad pueden ayudar a reducir los riesgos asociados a este tipo de actividad física:
- Nada en áreas designadas para tal fin, como piscinas y secciones acordonadas de lagos y otros cuerpos de agua. Si es posible, nada en áreas supervisadas por salvavidas o socorristas.
- Si no estás nadando bajo la supervisión de un salvavidas, lleva a una amiga o amigo contigo.
- Considera tomar lecciones de natación si eres nuevo(a) en esta actividad. Puedes inscribirte en clases apropiadas para tu edad a través de diferentes programas que se otorguen en tu área.
- Si vas a nadar al aire libre, utiliza protector solar de al menos FPS 15 o superior para proteger tu piel. También es posible que desees evitar nadar entre las 10 a.m. y las 4 p.m. cuando el sol pega con más fuerza.
- No olvides beber agua aunque no tengas sed. Aunque te sientas fresco(a) por el agua, existe la posibilidad de que te deshidrates mientras nadas. Por ello, procura beber mucha agua y evitar las bebidas con alcohol o cafeína.
- Los niños siempre deben ser supervisados cuando estén cerca del agua. Nunca dejes que los menores (sobre todo los más pequeños) naden solos, a fin de evitar el riesgo de ahogarse.
Fuente: Healthline