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La depresión en cualquiera de sus formas puede afectar a una de cada cinco personas en algún momento de sus vidas. El abuso infantil duplica el riesgo de desarrollar episodios de depresión múltiples y de larga duración, afirmó un grupo de científicos. 

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En un estudio, publicado  por la American Journal of Psychiatry, investigadores vincularon la depresión recurrente con el maltrato infantil. También sugieren que es menos probable que los pacientes con este problema respondan a tratamientos.

Los investigadores del Institute of Psychiatry en Kings College, en Londres, estudiaron la depresión que sigue reapareciendo. Revisaron 16 casos, de un total de más de 23,000 pacientes, y encontraron que el maltrato en la infancia, como el rechazo por parte de la madre, maltrato físico o abuso sexual, hacía que el riesgo de este tipo de depresión fuera más del doble.

La probabilidad de que un menor sufra una depresión cuando crezca aumenta un 59 por ciento si ese niño se ha visto sujeto a abusos físicos; mientras que ese porcentaje llega al 75 por ciento para menores que pasan por varios tipos de maltrato.

Depresión; problema creciente

Según han comentado los investigadores, la depresión es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes. Una de las causas de ello es que uno de cada diez niños está expuesto a algún tipo de maltrato en casa (físico, psicológico, por omisión o negligencia, abusos psicológicos, físicos o sexuales). De hecho, la OMS prevé que en el año 2020 sea la depresión, la segunda causa global de enfermedades en personas de cualquier edad.

Esta conclusión «refuerza la necesidad de intervenir de forma temprana en la vida de estos niños que sufren abuso y abandono, antes de que los síntomas de la depresión se expandan a otras áreas de su desarrollo», afirma Cathy Spatz Widom, médico líder del estudio.

Más problemas vinculados al maltrato infantil

Esta investigación se suma a otras anteriores, que mostraban que las personas maltratadas tenían más probabilidades de presentar anomalías en los sistemas biológicos sensibles al estrés (el cerebro, el sistema endócrino y el inmunitario), tanto en la infancia como en la edad adulta.

En base a lo anterior, los niños que son maltratados de pequeños tienen más probabilidad de desarrollar enfermedades asociadas al cerebro, al sistema endócrino y al inmunitario (sistema defensivo) porque el estrés altera su correcto funcionamiento.